OBESIDAD

Introducción, Definición, Técnicas de medición: Si, pero... ¿soy un obeso?, Clasificación de la obesidad.

Riesgos y complicaciones de la obesidad: (Enfermedades cardiovasculares, Hipertensión arterial, Diabetes, Manifestaciones respiratorias, Aparato locomotor, Aparato digestivo, Embarazo, Obesidad en la infancia.

Tratamiento de la obesidad: Médidas dietéticas, Fitoterapia en la obesidad y Patologías asociadas, Medicamentos peligrosos en el tratamiento de la obesidad, Dietas raras y peligrosas.

INTRODUCCION

Aunque nos parezca mentira los problemas de obesidad o sobrepeso, o mejor dicho, las patologías asociadas o que necesitan una corrección de peso ocupan el primer lugar en cuanto al número de las consultas de los médicos generalistas o de “familia” de nuestro país.

Es tal el problema que podemos afirmar que en los países considerados desarrollados afecta a una cuarta parte de la población. Siendo el problema mas frecuente de los llamados trastornos metabólicos.

El problema se agudiza en gran medida si consideramos únicamente la población que supera los 50 años, en la que la estadística es aún si cave más aterradora, ya que se acerca al 50 % los que padecen obesidad o sobrepeso.

En España, estadísticas recientes demuestran que en la población general más del 42 % presenta sobrepeso o está obeso. Si seguimos ateniéndonos a lo que dicen las estadísticas, debemos considerar que el 12,4 % de los hombres de nuestro país y el 21,3 de las mujeres son obesos de edades comprendidas entre los 35 y 65 años.

Este libro no pretende en ningún momento “sentar cátedra” ya que afortunadamente contamos con grandes maestros que han dedicado toda su vida a la investigación y son los que realmente nos enseñan el camino a seguir cuando queremos hacer “las cosas bien hechas”. Simplemente pretendo concentrar en pocas páginas la pequeña experiencia de unos años al frente de una clínica médica de Medicina Estética, Dietética y Nutrición, contestando la demanda que ha podido surgir en los cursos y conferencias que hemos impartido de presentar algunas pautas concretas que puedan servir de referencia a aquellos profesionales, y al público en general, que tengan una forma de pensar parecida a la mía.

Dejar claro que en Medicina casi nunca dos más dos son cuatro, no existen las enfermedades sino los enfermos, y la agresividad o los tratamientos agresivos no sirven prácticamente de nada cuando realmente lo que pretendemos es “culturizar” a nuestros pacientes.

Me niego a realizar dietas rápidas que únicamente sirven para hacer pasar un mal rato a los sufridos pacientes sin aportarles pautas de comportamiento racionalizado que perduren el resto de sus vidas. Justificar una rápida pérdida de peso es injustificable. Prefiero mil veces que mis pacientes aprendan conceptos sanos y perdurables a que por un esfuerzo dietético consigan en una semana una gran pérdida de peso, se cansen, y abandonen el tratamiento. Es más razonable adelgazar por “bien comer” que por “no comer”. Nuestra misión es ayudar a aprender. No castigar con tratamientos extremos e ilógicos que solo conducen al desaliento.

Lo mismo puedo decir de los preparados o fitocompuestos que vamos a nombrar durante las exposiciones de este libro. Ninguno de ellos puede sustituir una dieta correcta y sana, pero sí puede ayudar a llevarla más cómodamente. Su finalidad es que el tratamiento dietético pueda ser “un poco más llevadero”, no, desde luego, para sustituirlo. Como veremos, todavía no se ha inventado la píldora mágica que hace perder peso comiendo lo que uno quiera sin perjudicar la salud. Sin embargo, sí es verdad que aportando ciertos preparados, podemos ayudar a hacer un poco más fácil la vida de nuestros pacientes, y solucionarles muchos de los problemas que su exceso de peso les pueden producir. Todos los preparados los utilizamos cuando realmente son necesarios o imprescindibles porque la patología requiere una actuación consecuente con ella. Aporto los nombres comerciales de todos ellos puesto que la experiencia me dice que es mejor la claridad y concreción en las pautas que no el que cada uno busque productos que intenten cumplir las mismas funciones sin conocerlos. Yo aporto mi experiencia con productos que son de mi total confianza y que nunca me han decepcionado. Por supuesto, siempre que puedo acudo a complejos homeopáticos o fitoterapeúticos ya que además de solucionarme los problemas, me dan la seguridad de no plantearme efectos colaterales ni secundarios indeseables.

DEFINICION DE OBESIDAD

¿QUÉ ES LA OBESIDAD?

La pregunta no es de perogrullo, estamos tan bombardeados continuamente por los medios de comunicación que realmente nos machacan con un prototipo escultural de belleza que nos hacemos un lío tremendo con conceptos que afortunadamente no tienen nada que ver con los imperativos de salud que todos deberíamos poseer.

Desde luego, la obesidad no tiene nada que ver con lo contrario de los cuerpos esculturales, y a veces rayando lo esperpéntico, que pasean por las pasarelas de la moda de hoy en día, ni afortunadamente con la antítesis de los cuerpos de “Apolos” de los muchachos que aparecen en los anuncios publicitarios.

¡¡ Que poco nos cuentan los sacrificios, a veces insanos, ni las horas y horas de auténtico machaqueo en gimnasios que tienen que sufrir para alcanzar esas figuras esculturales que tanto nos llegan a obsesionar ¡!

La obesidad podemos definirla como la “acumulación excesiva de grasa en el cuerpo”, o como el “acumulo excesivo de grasa en el cuerpo que suponga un riesgo para la salud”, y que, como norma, se manifiesta como un aumento del peso corporal.

Pero claro, ¿qué pasa con esos atletas que pesan tanto y si analizamos su composición vemos que su contenido corporal graso es mínimo?. La respuesta es inmediata, “son todo músculo”, y el músculo pesa mucho.

Como vemos, aunque en muchos casos nos resulta evidente a primera vista definir a un obeso, es cierto que definir el concepto puro de obesidad para aplicarlo a todo el mundo sin otras consideraciones no es nada fácil. Yo personalmente prefiero considerar a la obesidad bajo el prisma de los efectos negativos para la salud que conlleva, y dejar bajo parámetros más subjetivos los planteamientos estéticos que pueda traer como consecuencia de ella.

TECNICAS DE MEDICION

SI, PERO. . . ¿SOY UN OBESO?

No es tan fácil como parece contestar a simple vista a esta pregunta. Evidentemente en muchos casos no es difícil contestarla al primer golpe de vista en estas personas en las que se aprecia de forma clara su gran volumen y su tremendo peso. Pero es mucho más difícil en estas personas que sin tener una obesidad aparente, sí presentan un cierto grado de sobrepeso. Y mucho menos en la gran cantidad de jovencitas que acuden a nuestras consultas con ciertos sobrepesos mínimos y lo único que demandan es mejorar su condición estética.

En ambos casos, tanto en una obesidad clara y manifiesta como en los que simplemente requieren una pequeña remodelación de su figura, la siguiente pregunta es casi obligada: ¿CUÁL ES MI PESO IDEAL?.

Existen varias formas de estimar la grasa corporal, desde las más sofisticadas técnicas densitométricas y diluccionales que se realizan únicamente en centros especializados a la antropométricas, más simples, de uso común en las clínicas de dietética y nutrición.

Lógicamente nos vamos a referir a éstas últimas puesto que son las más fáciles de utilizar y nos permiten hacer un seguimiento del tratamiento de una forma objetiva y reproducible. Básicamente son tres:

Fórmula de Brocca: establece el peso ideal en tantos Kilos como la talla en centímetros supere al metro. Así por ejemplo, establece que alguien que midiera 1 metro con 75 cm, su peso ideal correspondería a 75 Kg. Evidentemente, todos estamos de acuerdo en que es la más sencilla pero también la más inútil manera de valorar una obesidad, ya que no se tienen en cuenta otros criterios sumamente importantes como la constitución del individuo, la calidad muscular del mismo etc.

Medida del pliegue cutáneo: Es quizás uno de los procedimientos más frecuentemente utilizados en las clínicas de pérdida de peso. Se utiliza una especie de compás (lipómetro) que mide el espesor de la grasa en lugares determinados. Generalmente en el tríceps de los brazos o entre el dedo pulgar e índice de las manos. El resultado se correlaciona con unas tablas de estándares con edades y estatura, que nos proporciona unos percentiles. Generalmente por encima del percentil 85 se considera a una persona obesa.

Indice de Quetelet o Indice de Masa Corporal (IMC): Es un sistema muy fácil y muy socorrido para aproximarnos al peso ideal del obeso. Relaciona el peso con la estatura resultando de dividir el peso en Kg. por el cuadrado de la estatura en metros. Consideraremos a una persona obesa cuando su IMC sea igual o superior a 30 Kg/m2.

CLASIFICACION DE LA OBESIDAD

Hay muchas clasificaciones etiológicas (cáusales) de la obesidad, que podrán ser muy importantes en clínica y en investigación, pero que en el terreno práctico nos aportan muy poco y simplemente nos orientan en el conocimiento de cómo se ha producido.

Sin embargo podemos establecer una mínima lista de las clasificaciones mas frecuentemente utilizadas:

Desde el punto de vista causal podemos encontrarnos con:

- Obesidades genéticas: Está demostrado un importante grado de heredabilidad de la condición de obeso siguiendo las leyes de la herencia como fallo genético. Prácticamente todas las obesidades que nos encontremos tendrán en mayor o menor grado un condicionamiento genético.

- Obesidad dietética: Se debe al abuso de alimentos tremendamente energéticos que actualmente abundan tanto y que además nos los presentan con sabores y apariencias tan atractivas que resultan, sobre todo a los niños, muy difícil renunciar a su consumo.

- Obesidades debidas a desajustes de los sistemas de control del peso corporal. Son indudablemente las mas frecuentes. Por un lado entra el fallo en el ajuste de la saciedad, con lo que la ingesta se dispara, y por otro, el organismo lucha por mantener un peso, que erróneamente considera normal, aún cuando sea muy elevado. Es el gran problema que surge a la hora de mantener un peso que hemos perdido, que nuestro organismo lo considera por debajo de lo que él analiza como normal, intentando recuperarlo rápidamente.

- Obesidades por defectos termogénicos: no son muy frecuentes, consisten en la dificultad del organismo en “quemar” el exceso de alimento ingerido, produciéndose un acumulo calórico que puede llegar a producir obesidad.

- Obesidad de tipo nervioso: la causa está en los desordenes del sistema nervioso central como depresión, hipoactividad, alteraciones psicológicas, etc. Que interaccionan con el sistema nervioso regulador del peso corporal, alterando los mecanismos de saciedad o los termorreguladores.

- Obesidad por enfermedades endocrinas: son muy poco frecuentes. Las mas importantes son las debidas al déficit de producción de hormona tiroidea (hipotiroidismo). El exceso de producción de insulina (hiperinsulinismo) y el exceso de secreción de glucocorticoides (hipercorticismo). Las dos últimas resultan muy comunes en la mayoría de los pacientes obesos.

- Obesidad por medicamentos: fundamentalmente son los corticoides, antidepresivos y los antituberculosos los fármacos que de forma habitual inducen al acumulo de grasas. Esto si no contamos lo que desgraciadamente con mas frecuencia estamos viendo en nuestras consultas. Gran cantidad de obesidades producidas por tratamientos de la obesidad inadecuados, es decir, tratamientos fundamentalmente a base de hormonas tiroideas que aceleran el metabolismo, produciendo una gran y rápida perdida de peso, y posteriormente un bloqueo tiroideo con lo que el rebote de obesidad es importantísimo y muy difícil de tratar.

- Obesidades cromosómicas: son las asociadas a defectos cromosómicos como en el Síndrome de Down y en el Síndrome de Turner.

Según la distribución de la grasa en el cuerpo se clasifica a la obesidad en:

- Obesidad androide: cuando la grasa predomina en la mitad superior de nuestro organismo. Es la obesidad típica masculina.

- Obesidad ginoide: Típica del sexo femenino, en la que la grasa se deposita en la mitad inferior del cuerpo. Principalmente en la zona peritrocantérea dando lugar a las famosas “cartucheras” que tanto os disgustan.

Según la edad de aparición podemos clasificarla en:

- Obesidad hipertrófica: es la típica de los adultos, en la que aumentan de tamaño los depósitos de grasa dentro de los adipocitos (células grasas).

- Obesidad hiperplásica: también llamada obesidad infantil, en la que el tamaño de los adipocitos es normal, pero está muy aumentado su número. Es mucho más difícil de tratar.

Y por último podemos clasificar la obesidad según la gravedad de la misma, para ello nos basamos habitualmente en el Indice de Masa corporal según unos parámetros universalmente aceptados:

Sobrepeso: IMC: 25 - 30
Obesidad media: IMC: 30 - 35
Obesidad grave: IMC: 35 - 40
Obesidad mórbida: IMC: 40 - 50 y superiores.

RIESGOS Y COMPLICACIONES DE LA OBESIDAD

Es obvio que en la mayoría de los casos de obesidad o sobrepeso con que nos encontramos en la clínica diaria no tienen mas trascendencia que la meramente estética, y que con un mínimo de corrección dietética y la ayuda de algún fitoterápico sencillo lo podemos solucionar.

Pero es importante destacar que existen una serie de manifestaciones clínicas derivadas de la obesidad que justifican su tratamiento, basta recordar que la mortalidad de un obeso es 2,5 veces mayor que la de una persona con un peso normal.

Así es muy frecuente la asociación de obesidad con un amplio espectro de enfermedades, que brevemente vamos a comentar, y en las que una reducción de peso conlleva siempre una importante mejoría clínica.

Obesidad y enfermedades cardiovasculares:

Existen multitud de estudios que avalan la relación de obesidad con enfermedad coronaria y la aparición de angina de pecho o el temido infarto de miocardio. Sobre todo, como veremos, cuando se asocia a otros factores como la hipertensión arterial, el aumento de lípidos en sangre o la diabetes que son también mucho más frecuentes en el paciente obeso que en el de peso normal.

Las alteraciones de los lípidos en sangre, aumentando el colesterol LDL y disminuyendo el colesterol HDL (“colesterol bueno”) favorece el depósito de placas grasas dentro de las arterias que riegan el corazón (arterias coronarias). Este depósito estrecha el calibre de los vasos disminuyendo notablemente la cantidad de sangre que puede pasar por ellos. Es lo que denominamos Arteriosclerosis. Si lo unimos al espasmo que se produce por culpa de la hipertensión o del sobreesfuerzo, deja de llegar la suficiente sangre al músculo cardiaco, con lo que la lesión miocárdica se produce pudiendo, incluso, tener un desenlace fatal.

Obesidad y Hipertensión Arterial:

La Hipertensión Arterial es una enfermedad muy común que se asocia en gran proporción con la obesidad. Es 2,5 más frecuente en pacientes obesos que en personas con peso normal. Además se ha estimado en multitud de estudios clínicos que el control de la obesidad puede reducir en más de un 50% el número de casos de hipertensión. Se ha demostrado que la reducción de peso en hipertensos obesos produce una importante mejoría en sus cifras tensionales, independiente de la cantidad de sodio que tomen en la dieta. Incluso puede incidir beneficiosamente en la menor necesidad de fármacos hipotensores, reduciendo así los efectos indeseables de éstos.

Obesidad y Diabetes:

La diabetes es de lejos la enfermedad más habitual asociada a la obesidad. Baste fijarnos en lo que nos dicen algunas cifras: un 25% de los niños obesos presentan alteraciones de tolerancia a la glucosa. Y en un 80 % de los diabéticos, la enfermedad les aparece a partir de los 45 años de edad (diabetes del adulto) y prácticamente todos presentan algún grado de obesidad.

El problema de estos pacientes no es que su páncreas funcione mal, sino que la cantidad de insulina que secreta es insuficiente para el peso corporal de los mismos. La secreción de insulina es relativa, no por insuficiencia pancreática, y este desajuste entre cantidad de insulina secretada normalmente puede equilibrarse con una pérdida de peso y reduciendo la masa grasa del paciente.

El tratamiento dietético es el más importante y con mucha frecuencia el único necesario para solucionar la enfermedad diabética en el obeso. Es de suma importancia que extrememos nuestros esfuerzos en alentar a estos pacientes para que sean consecuentes con sus indicaciones dietéticas. Los síntomas de su enfermedad diabética (sed, poliuria, nicturia, pruritos etc.) debemos considerarlos como síntomas menores añadidos a la problemática de su obesidad, ya que esta intolerancia a los hidratos de carbono que presentan estos pacientes puede ser totalmente anulada si pierden peso, pero en cambio, va a empeorar inexorablemente si el diabético obeso no consigue su pérdida ponderal, exponiéndose a la evolución de su enfermedad diabética con las complicaciones que acarrea (neuropatias, vasculopatías etc.)

Obesidad y manifestaciones respiratorias:

Las alteraciones respiratorias derivadas de la obesidad se deben a la reducción del volumen pulmonar total, marcada reducción del volumen espiratorio, reducción de la ventilación en la porción inferior de ambos hemitorax y el acúmulo de grasa en la pared torácica con reducción de su capacidad de expansión.

El resultado final de estas alteraciones es la disminución de entrada de oxígeno y el aumento del carbónico, que justifican junto con el aumento del hematocrito y de la hemoglobina las manifestaciones clínicas respiratorias que acompañan al paciente obeso. Podemos resumirlas en: somnolencia diurna brusca, muchas veces relacionada con el poco reposo nocturno, fatigabilidad o disnea importante. Ronquidos, apneas durante el sueño, es decir, periodos de hasta 30 segundos sin respiración, cianosis, o coloración azulada de la piel por falta de oxígeno en la sangre, cefaleas matutinas, alteraciones psicopatológicas desde una irritabilidad fácil hasta una grave depresión reactiva.

Son manifestaciones de la obesidad que pueden llegar a resultar extremadamente graves, no solo por afectar a la vida cotidiana del enfermo que las padece, sino que también afectan a su entorno social, familiar y laboral, y pueden ser origen de trastornos de la ventilación tan importantes que incluso requieran su ingreso en unidades de cuidados intensivos respiratorios.

A pesar de todo debemos concluir que son manifestaciones que remiten con extraordinaria rapidez en tanto en cuanto el paciente se somete a un tratamiento dietético de su obesidad, y probablemente son las mejoras obtenidas en el terreno respiratorio las primeras en manifestarse en el momento que se consiguen las primeras reducciones ponderales.

Obesidad y aparato locomotor:

El dolor óseos y/o articular es uno de los motivos por el que con más frecuencia acude el paciente obeso de forma espontánea a la consulta. Otras veces suele ser el reumatólogo, ortopeda o fisioterapeuta el que deriva al obeso a la consulta de dietética para su pérdida de peso, condición sin la cual sus molestias osteo – articulares tienen muy difícil solución.

Es lógico pensar que el sistema músculo – esquelético de nuestro organismo está preparado para soportar un determinado peso, y cuando éste se excede el traumatismo continuado que representa el sobrepeso condiciona la aparición de alteraciones articulares características.

La más común de ellas es la artrosis, que llega a manifestarse en hasta el 50% de los pacientes obesos según la edad y el grado de obesidad. Afecta fundamentalmente a extremidades inferiores (caderas y rodillas) y a la columna. Siendo una de las patologías que más condiciona la calidad de vida del paciente obeso. Es muy importante resaltar aquí que los niños obesos son los más predispuestos a sufrir deformidades osteo-articulares ya que están en periodo de crecimiento.

El problema se agrava conforme evoluciona la artrosis y la consiguiente impotencia funcional que acarrea y no se soluciona el problema de la obesidad. El paciente obeso se vuelve cada vez más sedentario con lo que entramos en un círculo vicioso muy difícil de vencer: obesidad – artrosis – sedentarismo – obesidad.

Otra anomalía muy frecuentemente asociada a la obesidad es la hiperuricemia, responsable de los ataques de gota y de la artropatía gotosa que se observa muy a menudo en las obesidades importantes generalmente de tipo androide o troncular superior.

Obesidad y alteraciones digestivas:

Fundamentalmente la obesidad está ligada a problemas con la vesícula biliar, por un lado, la bilis contiene mucha mayor proporción de colesterol, con lo que la predisposición a sufrir cálculos biliares es mucho mayor que en la persona de peso normal. Por otro lado, el acumulo de grasa en la pared abdominal condiciona enormemente el buen desarrollo de las funciones digestivas, ocasionando el típico síndrome dispéptico del obeso caracterizado por digestiones lentas, pesadas, regurgitaciones, meteorismo y aerofagia, plenitud post-prandial etc.

El aumento general de la grasa condiciona su depósito en el hígado, es lo que denominamos Esteatosis hepática, enfermedad crónica característica del obeso que condiciona un “mal funcionamiento” hepático y la consiguiente pérdida de sus funciones detoxicantes. Es responsable de la apariencia de “intoxicación generalizada” que muestran algunas obesidades extremas, y de gran parte de las manifestaciones dispépticas que apuntábamos anteriormente.

Otra de las consecuencias del acumulo de grasa en la pared abdominal con la consiguiente hiperpresión que produce sobre el diafragma es la aparición de la hernia de hiato. Parte del estómago atraviesa el esfínter diafragmático y se sitúa encima del diafragma, en la cavidad torácica. Parte de los alimentos consumidos, al ser insuficiente el esfínter superior del estómago ascienden por el esófago irritando sus paredes, erosionándolas. Se caracteriza clínicamente por aumento del reflujo esofágico, con acidez intensa, dolor precordial, aerofagia etc.

Obesidad y embarazo:

Si nos planteamos que el 75 % de las mujeres obesas desarrollaron su obesidad a partir de los 14 años y solamente una minoría de mujeres la han desarrollado a partir de los 40, comprenderemos que la edad gestante, y por lo tanto los embarazos y la crianza de los hijos suponen factores de riesgo importantes en la génesis de su problema de obesidad.

En la mayoría de los casos el problema radica en que por la peculiaridad del estado, durante la gestación se acumula un exceso de peso que no remite después del embarazo, acumulándose de forma importante en las multíparas con los embarazos consecutivos.

El cambio de vida que supone el embarazo y la lactancia suele coexistir con una disminución del ejercicio junto con el hecho de la “atadura” al hogar que supone el nuevo y peculiar estado, esto hace que aún de forma inconsciente se aumente el contenido calórico de la dieta. Si no mentalizamos a nuestras gestantes del riesgo que supone, ambos motivos pueden ser responsables de un aumento ponderal incontrolado.

Hay un concepto universalmente aceptado por la comunidad médica, y es que la mujer gestante no debe “comer para dos”. De hecho el único suplemento energético que habitualmente se recomienda es el equivalente a 250 cc de leche diaria de más. Este mínimo suplemento cubre sobradamente las necesidades calóricas añadidas que puede suponer el embarazo, y cualquier otro aporte puede implicar un aumento desaconsejado del peso. Sobradamente conocido es el interés que los ginecólogos manifiestan en que el aumento de peso total durante el embarazo oscile entre los 9 a los 12 kg. que son precisamente los que la mujer puede perder después del alumbramiento y con un puerperio normal.

La obesidad antes de la gestación y el aumento excesivo de peso durante la misma están asociadas a una serie de patologías que se manifiestan en mayor medida en estos casos: hipertensión, preeclampsia, eclampsia. Sin contar con los riesgos en obesidades masivas de riesgo de mortalidad, diabetes, pielonefritis, y partos distócicos.

No podemos olvidar que hay numerosos estudios que confirman que las madres obesas engendran niños obesos.

Obesidad en la infancia:

Se calcula que aproximadamente el 10 % de los niños y el 15 % de las niñas son obesos. El gran problema independientemente que condicionan una obesidad de adulto con la problemática que acarrea, es que aunque en apariencia los niños obesos parezcan más altos, la talla definitiva de los niños obesos no solamente no supera, sino que suele ser inferior que la de los niños de peso normal.

Es muy conveniente la reducción ponderal de los niños con obesidad, ya que se ven problemas asociados que van a perturbar su normal desarrollo, ya no solamente en el terreno psicoemocional, es el clásico bombardeo con el desprecio del “gordo de la pandilla” sino que además es mayor la incidencia de problemas respiratorios y ortopédicos en estos niños.

TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD

¿POR QUÉ TRATAR?

En principio hay una razón de “peso”. En mi experiencia y en la de gran número de compañeros médicos consultados, después de muchos años en una clínica dietética, podemos afirmar que a ningún obeso le gusta serlo. Por lo tanto es evidente que el primer beneficio va a ser el psicológico. Podemos enfocarlo como queramos pero la ganancia en autoestima, seguridad en uno mismo, aceptación social etc. es muy importante a la hora de motivar y motivarse de cara a la obtención de la pérdida de peso deseada.

Por otro lado, indudablemente la más importante va a ser la ganancia en salud. La reducción de peso conlleva una evidente ganancia en la calidad y en la cantidad de vida. Los obesos que adelgazan reducen sus posibilidades de padecer diabetes, hipertensión arterial, artrosis, enfermedades hepático-biliares etc. además mejoran su tolerancia al ejercicio físico y evitan complicaciones a la hora de una intervención quirúrgica si ésta fuera necesaria.

El objetivo del tratamiento sería tratar de conseguir el peso teórico ideal. Sin embargo, esto que parece en teoría tan sencillo puede ser una empresa, en muchos casos, más que imposible. Yo me conformo y aliento a mis pacientes a que consigan un peso, que aunque no coincida con el que las tablas antropométricas le consideren como el idóneo, sea sin embargo, estéticamente aceptable, entre dentro de lo que podríamos llamar “no de riesgo” para su salud, y lo que es más importante, puedan mantenerlo sin necesidad de estar mortificándose, dietéticamente hablando, todos los días.

Antes que nada, me gusta poner las cosas lo más claras posibles a todos los candidatos optimistas a un tratamiento dietético de su obesidad. En este sentido, intento que comprendan que nos guste o no nos guste, la obesidad es una enfermedad crónica, y esto es importantísimo que lo comprenda todo el mundo. La obesidad es para toda la vida, y por lo tanto, durante toda la vida, el obeso tendrá que estar luchando o bien para perder el exceso de peso o para intentar mantener el peso perdido.

Desgraciadamente no contamos con la fórmula mágica con la que podamos “cambiar el metabolismo” de las personas. Ese concepto es literalmente MENTIRA. Y es lamentable que todavía hoy, incluso algunos que se precian de ser “profesionales” de la salud, lo utilicen para atraer “clientes” a sus consultorios.

A QUIEN TRATAR Y QUIEN DEBE TRATAR UNA OBESIDAD

No es una broma lo que intento plantear. Tratar o tratarse debe hacerlo cualquier persona que tenga, o bien un problema de obesidad, o bien tenga un poco de sobrepeso. Esto que acabo de decir parece evidente. El problema, y las madres lo saben muy bien, es que muy frecuentemente nos encontramos con cantidad de jovencitas que por imperativos de la moda o bien acuden a centros de dietética por su cuenta para quitarse unos kilogramos, y lo lamentable es que las atienden, y ya estamos a vueltas con los afanes de lucro, o bien se someten por su cuenta y riesgo a “dietas” totalmente carentes de sentido, perjudiciales para su salud, y además, la mayoría de las veces fustrantes, cuando la realidad es que están literalmente delgadas y no les sobra absolutamente nada de peso.

Con esto, trato de hacer un canto al sentido estadísticamente menos frecuente, que por desgracia es el que llamamos sentido común. Mucho cuidado con dietas extrañas, incompletas, “raras”, agresivas etc. que desgraciadamente están disponibles en cantidad de publicaciones de lectura fácil o que van “de boca en boca” con resultados aparentemente “milagrosos”, son por lo general muy peligrosas y si unimos la frustración que a la larga ocasionan con el continuo influjo que la publicidad engañosa de los imperativos de delgadez ocasiona en nuestra juventud no nos sorprendamos de la cantidad de patologías que nos encontramos por culpa de delgadeces extremas y de anorexias.

De todas formas no hay que ser alarmistas, en cualquier persona sana, perder 3, 4 o 5 Kg. no debe suponer ninguna complicación, si realmente le sobran, y estéticamente se va a sentir mejor. En este capítulo plantearemos unas indicaciones dietéticas que pueden servir perfectamente para cumplir esos objetivos y unos consejos que la moderna Fitoterapia nos aporta para ayudarnos a cumplirlos y para solucionar los frecuentes problemas que puedan venir asociados a esos Kilos de más.

Otra cosa bien distinta es el tratamiento de la obesidad establecida como auténtica entidad clínica, en la que se conjugan multitud de factores que debemos tener presentes tal y como hemos visto en capítulos anteriores: psicológicos, metabólicos, endocrinos etc. que nos obligan como mínimo a realizar un diagnóstico diferencial correcto y a plantear una terapia combinada en la que indudablemente se necesita un profesional de la Medicina con amplia experiencia en temas dietéticos y nutricionales, así como los conocimientos adecuados para solventar los problemas que una dieta continuada pueda ocasionar y los problemas que en principio la obesidad esté ocasionando.

CLAVES DEL TRATAMIENTO

No vamos a andarnos con rodeos, el fundamento de todo tratamiento de la obesidad se basa en dos principios obligatorios:

a) O conseguimos que el obeso disminuya sus ingresos calóricos (dieta).

b) O incrementa su gasto energético (ejercicio).

O lo mejor, las dos cosas a la vez.

Las claves de un tratamiento serio de la obesidad se basan, pues, en un método multidisciplinario que aúne las tres medidas siguientes:

a) Elección de una dieta que aporte menos calorías que las que consume, adecuada a cada paciente, lo más amena y divertida, si se puede llamar divertida a cualquier dieta de reducción de peso, pero que por lo menos sea mas o menos “a gusto del consumidor” y que no se aburra soberanamente y abandone el tratamiento.

b) Intentar un programa de actividad física apropiado a las características físicas y psicológicas de cada paciente. No se trata, insisto, en una preparación olímpica, ni es aconsejable que sean ejercicios en los que el paciente se vea “obligado” a realizar, o que le supongan un excesivo esfuerzo, que puede resultar peligroso. No hay cosa que más odien los pacientes que vienen a una consulta para perder peso, y lo digo por experiencia, y que nunca han pisado un gimnasio, que el médico les obligue poco menos que a batir récords de velocidad y de resistencia tanto física como moral, o que les “fuerce” a largas e inagotables sesiones de “machaqueo” en una sala gimnástica, para colmo casi siempre llena de esbeltas y esculturales damiselas que van a lucir su tipo.
Podemos comenzar invitando a que el paciente realice paseos de mas o menos una hora para contribuir a aumentar su gasto energético, poco a poco su función cardiorrespiratoria irá mejorando y llegará un momento en que podamos plantearle ejercicios un poco más intensos.

c) Supervisión periódica del tratamiento. Tiene varias finalidades, en principio como soporte psicológico de la empresa que nuestro paciente acaba de acometer. Saben aquello de ¡¡ ánimo y adelante, que son menos y más cobardes!! Pues más o menos esa es la idea del ánimo que debe imperar en nuestros pacientes. Mitigar los esfuerzos, ensalzar los éxitos, y fundamentalmente tener siempre a mano alternativas para que el obeso no caiga en la rutina y el aburrimiento y abandone el tratamiento. Es preferible la mano ancha y la tranquilidad ante el planteamiento dietético, que puede llevarnos a una perdida de peso gradual, suave, pero mantenida, que los agobios de dietas superextrictas, que aunque consigan grandes pérdidas ponderales en un principio, por su dureza hagan desfallecer al obeso en su intento.

ESQUEMA DE DIETA HIPOCALORICA

DESAYUNO:

A elegir:

Una taza de café con leche (mejor descremada o semidescremada) con sacarina mejor que azúcar.

Un zumo de frutas naturales y una infusión (té, manzanilla, menta-poleo etc.)

A LO LARGO DE LA MAÑANA:

Una o dos tomas de fruta.

Digo “tomas” y no “piezas” porque una “toma” de fruta puede ser una manzana, pero una toma de fruta, también es “media manzana”, se comprende ¿verdad?.

Si son dos o más tomas de fruta, intentaremos dejar una hora de tiempo entre una y otra.

Las frutas más recomendables son las siguientes, y por orden de preferencia: Piña, kiwi, manzana (sin pelar), pera, sandía, melón, melocotón, fresas, ciruela, naranja etc.

COMIDA:

PRIMEROS PLATOS: a elegir:

- Verdura de hoja o tallo: borraja, acelga, espinaca, apio, puerro, cardo, alcachofa, col, coliflor, coles de Bruselas, espárragos, judías verdes etc.
Poca cantidad y por supuesto aliñadas con aceite de oliva.

- Ensalada con hortalizas: Lechuga, escarola, endibia, espárragos, tomate, pepino, pepinillo, pimiento, champiñón, zanahoria, cebolla etc.
También poca cantidad y aliñada al gusto (aceite de oliva).

- Sopa o crema, ligera, desgrasada y natural (no de sobre o cubitos). Sin pasta. Puede ser de verduras, carne, aves, pescados o mariscos.


SEGUNDOS PLATOS: Un plato “normal” a base de Pescados, Mariscos, Aves o Carnes. Evitando las carnes muy grasas. Cocinados a la plancha, horno, vapor, pero también guisados (con cebolla, espárragos, zanahoria etc.). Siempre sin nada de harina, y sin pan.

NO TOMAMOS POSTRES. Podemos tomar café o infusiones.

A LO LARGO DE LA TARDE:

Una o dos tomas de fruta, y sería muy aconsejable tomar un yogur descremado.

CENA:

Podemos tomar un huevo, plancha o tortilla, que podemos hacer de espárragos, ajos tiernos, cebolla, calabacín, champiñón etc.

O pescados, aves o carnes igual que la comida.

Acompañamos de una guarnición de verdura, ensalada o sopa.

No tomamos postres.

UNA HORA DESPUES DE LA CENA:

Recomiendo la toma de piña o kiwi.


Es muy importante intentar respetar el número de tomas al día. En numerosos estudios se demuestra que se pierde más peso comiendo poco y a menudo, que comiendo la misma cantidad diaria pero concentrada en dos tomas más abundantes.

Siempre recomendamos beber un mínimo de litro y medio a dos litros de agua al día. Y preferentemente fuera de la comida y cena.

COMO PODEMOS AYUDAR :

Acudimos a los fitocompuestos y a la homeopatía que nos proporcionan las ayudas más valiosas para que nuestros pacientes lleven la dieta con más facilidad, para aumentar los efectos lipolíticos de la misma, y para solventar los problemas que o bien la obesidad les planteaban o bien los que una dieta les puede plantear. Y con la ventaja que nos da la seguridad de no encontrarnos con ningún efecto secundario indeseable, dada la inocuidad de los productos.

FIBRA DIETETICA:

En principio la fibra dietética debería ser un complemento esencial de la dieta. Existen numerosos estudios estadísticos que demuestran que el índice de obesidad está en relación directa con el bajo consumo de fibra en la dieta. En nuestro país, está demostrado que el problema de la obesidad se ha disparado conforme la población ha abandonado la dieta mediterránea (muy rica en fibra) y la ha sustituido por alimentos manufacturados pobres en fibra.

Pero no solo esto, numerosos estudios epidemiológicos demuestran la importancia de la fibra dietética como preventivo de múltiples enfermedades. La incidencia industrial en las costumbres de la alimentación de los países desarrollados trajo como consecuencia el abuso del consumo de alimentos refinados y por consiguiente la disminución del aporte de fibra en la dieta. Como consecuencia de ello se han incrementado un gran número de enfermedades que consideramos propias de los países industrializados, y que como contrapartida son extremadamente raras en zonas de la Tierra, si se quiere más pobres, pero en las que el consumo de fibra en la dieta es mucho más elevado. Estas patologías, además de la obesidad ya mencionada son: Estreñimiento, Apendicitis, Hernia de Hiato, Diverticulosis intestinal, Cáncer de colon, Hemorroides, Varices, Litiasis biliar, Ateromatosis, Cardiopatía isquémica y Diabetes del adulto. Como vemos tremendamente importantes.

Las fibras dietéticas son un conjunto de moléculas de gran tamaño, formadas por polisacáridos, que tienen en común su procedencia del reino vegetal, y que no son digeribles por las enzimas digestivas de nuestro organismo. Por lo tanto no se asimilan y no aportan ninguna caloría.

EFECTOS DE LA FIBRA DIETETICA EN LA OBESIDAD:

En relación con la pérdida de peso, la fibra actúa y nos ayuda de las siguientes maneras:

a) Efecto denominado Trapping, que consiste en que gracias a la disminución de la absorción intestinal de glucosa y a la consiguiente respuesta insulínica, decanta el metabolismo de las grasas hacia la lipólisis.

b) La fibra es muy hidrófila, es decir, tiene gran afinidad por el agua, con lo que diluye mucho los alimentos disminuyendo la capacidad de absorción calórica.

c) Efecto saciante, al aumentar la sensación de plenitud gástrica, disminuye el apetito y se acorta el tiempo de saciedad. Los pacientes se “llenan” antes.

d) Disminuye la absorción intestinal de lípidos y en especial del colesterol, con lo que también disminuye la absorción calórica de la dieta.

e) Aumenta considerablemente la eliminación de materia fecal, con gran cantidad de restos alimenticios diluidos en ella, con lo que indirectamente disminuye la absorción calórica de los mismos.

Disponemos de una serie de productos basados en la fibra dietética que nos ayudan en gran medida para nuestros objetivos de reducción de peso, y que yo utilizo habitualmente. Como cada uno tiene sus propias peculiaridades, las resumo a continuación:

Si queremos una gran cantidad de fibra, con gran poder saciante, un gran componente de arrastre intestinal y ligeramente antidispéptico, yo suelo recomendar la toma de METABOL, además contiene alcachofera, que además de colerético y colagogo es un buen antiedematoso. La dosificación habitualmente utilizada suele ser la toma de dos cápsulas mas o menos una hora antes de la comida y de la cena, con abundante agua, y siempre aconsejo la toma simultánea de una fruta pequeña. En algunos casos aumento la dosis y añado una cápsula a media mañana y otra a media tarde, también con agua y algo de fruta.

Si queremos reforzar el efecto metabólico con compuestos más lipolíticos y movilizadores de grasas, utilizo el ADELPLUS que además de un alto contenido en fibra, aportan una serie de elementos de reconocidos efectos lipolíticos y coenzimáticos. La dosificación es la misma que con el anterior producto. Siempre con abundante agua y algo de fruta.

Sabemos como ya hemos comentado que la obesidad raramente viene “sola”, existen múltiples patologías que acompañan al problema del exceso de peso, o si no son patologías ya instauradas, sintomatologías típicas y muy frecuentes que son responsables de una gran disminución en la calidad de vida de nuestros pacientes. Probablemente la pérdida ponderal mejore mucho la situación, pero es indudable que si de entrada conseguimos una mejoría clínica de estas desagradables molestias vamos a ganar la confianza del paciente ya que a poca pérdida inicial, la mejoría clínica va a ser evidente. Por otro lado, nuestra obligación es siempre la de solucionar lo que nosotros sabemos, gracias a nuestros conocimientos, que puede ser de riesgo para el paciente al que estamos tratando, aunque el propio paciente, muchas veces, no sea consciente de ello. Como además disponemos de un arsenal terapéutico a base de fitocompuestos, que son totalmente inocuos a las dosis recomendadas y nos garantizan no plantear problemas secundarios, además de ser de extraordinaria efectividad, creo que tenemos todas las garantías de éxito y nuestros pacientes ganarán con ello.

La sintomatología y patologías que estadísticamente con más frecuencia encuentro en los pacientes obesos las vamos a enumerar y voy a plantear los tratamientos que yo aplico habitualmente:

SINDROMES HEPATICO – BILIARES:

Un problema frecuentísimo en pacientes obesos, generalmente con grandes abdómenes prominentes, es la patología dispéptica. Son los típicos pacientes obesos que además presentan problemas de digestiones pesadas, lentas, con gran sensación de plenitud después de haber comido, inflamación abdominal, muchos gases y dificultad para su expulsión etc. Si son mujeres suelen padecer crisis de náuseas y vómitos, muchas veces biliosos y amargos, que se acompañan con gran malestar general y fuertes dolores de cabeza, junto con una sensación continua de “aturdimiento” y de “cabeza hueca”. Pueden presentar estreñimiento, pero casi siempre tienen algún despeño diarréico de heces blanquecinas o amarillentas, mejorando entonces su sintomatología. Indudablemente estamos hablando de una patología hepático – biliar, en la que se pueden conjugar varios procesos a la vez responsables de todo este cortejo sintomático. Por un lado el característico hígado graso típico de los grandes obesos, y por otro, lo que denominamos discinesia biliar muchas veces acompañada de litiasis biliar por culpa de grandes desórdenes y transgresiones dietéticas. Disponemos de un producto que nos va a resolver extraordinariamente esta sintomatología, disminuyendo totalmente la problemática digestiva y que nuestros pacientes van a tomar muy complacidos ya que inmediatamente van a notar sus efectos beneficiosos, es el BHIOERBA – 1 - HB . Su composición está formada por elementos coleréticos, colagogos, protectores hepáticos, carminativos, disquinéticos etc. resolutivos todos ellos de la patología hepático y biliar. ¡¡ Cuantas “jaquecas” y “migrañas” mal diagnosticadas y tratadas hemos resuelto en pacientes afectas de intensos dolores de cabeza al normalizar su funcionamiento hepático y biliar!!.

La dosificación suele ser de una cucharada grande (10 cc) después de las tres principales comidas del día.

VARICES:

El síndrome varicoso es otro problema muy frecuente en la población femenina y que se agudiza con la obesidad. De hecho, cantidad de pacientes acuden a nuestra consulta por la sintomatología que las varices les produce y que achacan a los kilos de más. Pesadez, cansancio, dolor, picores etc. forman parte del cortejo sintomático del proceso varicoso. Síntomas que además se agudizan con el sobrepeso.

Sabemos que la patología varicosa es evolutiva y de carácter crónico. Una reducción ponderal es fundamental a la hora de plantearnos su tratamiento, pero es muy importante frenar la evolución del proceso ya que puede desembocar en complicaciones muy peligrosas para la salud e integridad de nuestras pacientes. Nuestra labor no es únicamente sintomática sino debe ser preventiva de dichas complicaciones (flebitis, tromboflebitis, úlcera varicosa etc.). La Fitoterapia aporta una serie de principios activos contenidos en algunas plantas que nos solucionan el problema varicoso y nos proporcionan una protección vascular que va a evitar la evolución natural de esta enfermedad. Yo recomiendo VACIRTON. Contiene todos los principios activos derivados de las plantas medicinales efectivos en el tratamiento de la insuficiencia circulatoria de retorno y los cofactores vitamínicos de asimilación, se presenta en forma de ampollas bebibles (viales bebibles) y con la toma de una sola ampolla diaria resolvemos toda la sintomatología y además frenamos la evolución del proceso varicoso.

EDEMAS:

Bien acompañando al síndrome varicoso, bien como entidad clínica propia o bien manifestándose los días previos a la menstruación, la sensación de edematización, sobre todo en las piernas, es tremendamente frecuente en la población femenina, y más aún con sobrepeso. En unas se manifiesta clínicamente y objetivamente de forma continua en forma de engrosamientos y acúmulos celulíticos a lo largo de las extremidades inferiores. En otras simplemente nos manifiestan sensación importante de “retención de líquidos” acompañadas de pesadez y cansancio de las piernas. Sobre todo es importante en profesiones en las que deben permanecer largo tiempo de pié sin moverse. Todas coinciden en lo molesto que resulta esa sensación extraña de “inflamación” en las piernas y evidencian que existe una alteración de los sistemas de drenaje y de los linfáticos que propician una disminución del retorno de líquidos. Sea o no una patología meramente estética (celulitis), los fitoterápicos que componen el producto ya nombrado en el capítulo de la celulitis BHIOERBA – 3 – LD actúan como linfocinéticos, antiedematosos y protectores de la microcirculación, son como ya hemos comentado el tratamiento de elección para el problema celulítico, pero también cuando la manifestación es funcional y se manifiesta como cuadro clínico propio.

Yo recomiendo la toma de tres cucharadas a lo largo del día , solas o mejor disueltas en un vaso de agua , de forma continua en los casos más graves, o solamente en los días previos a la menstruación, en los que la sintomatología se hace evidente, como tratamiento de las molestias típicas de esos días.

ANEMIAS – CANSANCIO (ASTENIA)

Estamos acostumbrados, y es un gran error, a asociar mentalmente la anemia con la delgadez extrema, y esto no es del todo cierto. Es muy frecuente encontrarnos con pacientes femeninas que además de un importante grado de obesidad, presentan una sintomatología típica de cansancio y agotamiento general, que ellas achacan a su excesivo peso, y que cuando realizamos una sencilla analítica nos sorprendemos al comprobar un déficit importante de sus reservas de hierro, acompañado o no de déficit de glóbulos rojos o de hemoglobina. Son las frecuentes anemias causadas por reglas más o menos abundantes, que han producido pérdidas de hierro pequeñas pero continuas y que junto a los desordenes dietéticos al final se manifiestan con una sintomatología importante. Obviamente no podemos plantearnos un tratamiento dietético de perdida de peso sin atender este problema de forma conjunta, ya que podríamos empeorarlo mucho más y al final nuestra paciente abandonaría la dieta o necesitaríamos medidas mucho más urgentes. Necesitamos mejorar rápidamente el nivel de las reservas de hierro y mejorar el estado clínico consiguiendo la pérdida de peso deseada pero, a la vez, que se encuentren fuertes y con “energía”. Y la única manera es abasteciendo al organismo de hierro y de los cofactores de asimilación de este hierro que garanticen un llenado de las reservas lo más rápido y efectivo posible. Yo utilizo sistemáticamente BHIOERBA - 2 - FF , jarabe formulado a base de Hierro orgánico, Hibisco, Alhova, Escaramujo, Remolacha y Grosellero, y todas la vitaminas y cofactores de asimilación de éste hierro, que le condicionan la gran rapidez de absorción y aprovechamiento del hierro que suministra. No tiene efectos colaterales, y su aceptabilidad por el sistema digestivo es perfecta. Además es tremendamente notoria la rapidez con que las pacientes manifiestan la recuperación de su “tono vital”. Recomiendo la toma de una sola cuchara grande (10 cc) al día, preferentemente por las mañanas y acompañado de un zumo de naranja.

Y además en las pacientes que padecen de reglas muy copiosas, una vez equilibradas en sus depósitos de hierro, estén o no en pérdida de peso, siempre les recomiendo que dispongan del BHIOERBA – 2 – FF, guardado en la nevera, para tomarlo únicamente los días de su menstruación. Con esta simple medida evitamos los desajustes en su metabolismo férrico que con tanta frecuencia ocasionan las pérdidas menstruales, y mucho del decaimiento que éstas les ocasionan.

MENOPAUSIA:

Definimos la menopausia como el cese permanente de las menstruaciones que resulta de la pérdida de actividad folicular ovárica. La menopausia puede ser espontánea, aparece en la mayoría de las mujeres entre los 45 y 52 años, o quirúrgica, cuando por algún motivo se extirpan los ovarios.

El término perimenopausia o climaterio comprende el periodo inmediatamente anterior a la aparición de la menopausia y como mínimo un año después de la aparición de ésta.

Nos encontramos en una época de la mujer, que aunque siempre debemos considerarla como “normal” y fisiológica, es indudable que tiene una serie de connotaciones especiales debido a la sintomatología variada y multisistémica que puede ocasionar.

La sintomatología clásica de la menopausia la podemos someramente clasificar por sistemas bajo el siguiente esquema:

a) Alteraciones vasomotoras, que incluirían los clásicos sofocos, sudoración profusa, mayoritariamente nocturna, a veces con palpitaciones y sensación de angustia.

b) Alteraciones psicológicas, principalmente ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, y gran sensación de cansancio, tanto psíquico y mental como físico, muy a menudo acompañado de tristeza y tendencia a la depresión. También se describe con gran frecuencia disminución importante de la libido o de la apetencia sexual y trastornos del sueño, frecuentes despertares, dificultad para conciliarlo y a veces insomnio.

c) Alteraciones genitourinarias: atrofia de la mucosa uretral, y en general de todo el aparato genital estrógeno – dependiente, disminución de la secreción de moco cervical, y posiblemente, lo más molesto, atrofia de la mucosa vaginal, que implica dolor en el coito e incluso sangrado. O simplemente prurito, quemazón etc.

d) Alteraciones de la piel. La piel sufre un adelgazamiento gradual y atrofia, el colágeno degenera y aparece un aspecto de envejecimiento, sequedad y arrugas.

e) Osteoporosis, o lo que es lo mismo, perdida de la masa ósea. El problema es que habitualmente no produce ningún síntoma, hasta que va aumentando progresivamente y aparecen las fracturas óseas. Lamentablemente en esos momentos las terapias deben de ser extremadamente agresivas, por lo que está claro que el mejor medio de evitarla es su prevención. Y no cabe duda que las pacientes obesas, y menopáusicas tienen muchos más riesgos de padecer fracturas óseas.

f) Alteraciones cardiovasculares. Fundamentalmente las alteraciones por culpa del aumento del colesterol LDL (muy aterogénico) y la disminución del colesterol HDL o “colesterol bueno”. Esto supone un gran aumento del riesgo de ateromatosis y por consiguiente de sufrir accidentes cardiovasculares (angina de pecho o infarto de miocardio). Baste saber, que en edades por debajo de los 40 años, la frecuencia de padecer infarto agudo de miocardio es 30 veces más frecuente en el varón que en la mujer, pero pasados los 50, esta diferencia se iguala totalmente.

Si a todo este panorama nada alentador, nos encontramos con el problema añadido de una obesidad que vencer, comprenderemos que o facilitamos y mejoramos la situación, o nuestras perspectivas de éxito con nuestra paciente se reducen considerablemente.

Como norma en estos casos yo recomiendo un fitocompuesto que además de ser actualmente el más completo en cuanto a antioxidantes y antirradicales libres, con lo cual actúa extraordinariamente como antienvejecimiento, aporta Eleuterococo, que actúa como adaptógeno, antiasténico y desestresante. Contiene Onagra, con lo que suplementamos en ácidos grasos poliinsaturados que funciona muy bien en piel y mucosas, Calcio y Boro, evitando las pérdidas óseas y aportando calcio, algo de hierro y minerales y vitaminas. El producto se llama BORONAGRA y la dosificación habitual es de dos comprimidos en el desayuno y uno en la comida.

Diversos estudios realizados con la población femenina asiática en edad menopáusica, demostraron que el consumo de productos derivados de la soja, y en especial de Isoflavonas, hacía que presentasen una disminución significativa de síntomas menopáusicos en comparación con la población femenina occidental del mismo grupo.
Comparando la dieta occidental con la oriental se comprobó que la dieta occidental contiene del orden de 5 Mg. / día de Isoflavonas frente a los 40-50 Mg. de otros piases asiáticos ó los 200 Mg. /día de Japón.

El aceite de Onagra es un complemento dietético rico en ácidos grasos esenciales, en especial linoléico. Los ácidos grasos esenciales, son necesarios para el organismo sin que éste tenga capacidad para sintetizarlos, por lo que han de ser incorporados de forma externa a través de la dieta.

La vitamina E, además de actuar como antioxidante “per se”, previene el enranciamiento por peroxidación de los ácidos grasos esenciales contenidos en el Aceite de Onagra.

Cuando en mis pacientes menopáusicas existe un gran componente de sofocos, y alteraciones vasomotoras, acudo a las isoflavonas de soja y al aceite de onagra, composición básica de un producto denominado CLIMASIM, que les aporta una gran calidad de vida al remitir estos síntomas tan molestos y que además no posee ninguna contraindicación. Con la ventaja de que una sola cápsula al día aporta todas las isoflavonas de soja recomendadas.

PIEL , CABELLOS Y UÑAS

No es nada extraño que en los controles periódicos que realizamos a nuestras pacientes sometidas a un tratamiento dietético de su obesidad nos manifiesten síntomas como sequedad de la piel, aumento de la caída del cabello, fragilidad de las uñas, haciéndose más quebradizas, descamación de la piel etc. etc. son síntomas que no debemos menospreciar puesto que aunque no peligra “evidentemente” la vida de la afectada, por un lado es un inconveniente estético que está en nuestra mano evitar, pero por otro, y considero más importante, nos están poniendo en evidencia que seguramente nos enfrentamos a un proceso carencial, vitamínico o mineral, que si dejamos evolucionar nos puede traer consecuencias más importantes. Puede ser que la dieta no sea todo lo completa que debería ser. Tal vez, y es lo mas probable, que el problema ya existiera, y al perder peso se manifieste con más virulencia.

Lo primero es descartar una anemia ya que los síntomas carenciales de este tipo suelen ser los primeros en aparecer. Si es así, ya hemos aprendido como solucionarla con los fitocompuestos anteriormente comentados. Si no existe componente anémico, revisaremos si la dieta se está extremando excesivamente y puede no contener la cantidad de ácidos grasos poliinsaturados (aceite de oliva, aceite de onagra) que serían los aconsejados. Y de todas formas, un suplemento vitamínico – mineral, específico para piel, uñas y cabellos, nos va a solucionar el problema rápidamente y la paciente va a quedar satisfecha estéticamente, ya hemos explicado que el producto BORONAGRA tiene en esos casos una indicación específica.

Disponemos de un complemento para el tratamiento de estos casos en los que por las alteraciones hormonales propias menopáusicas se altera la piel con signos claros de envejecimiento cutáneo. CLIMASIM - Crema, es un cosmético anti-edad, altamente hidratante y nutritivo que previene la pérdida de densidad cutánea de cara y cuello. Aporta tensión y tonificación al rostro, disminuyendo la flaccidez y previniendo la aparición de los signos de envejecimiento y relajación.

Sus componentes Isoflavonas de Soja, Cimicífuga racemosa, Aceite Rosa Mosqueta, Acido Glicólico, Vitaminas A y E así como el factor protector solar 12 que se le incorpora, le otorgan propiedades regeneradoras, antioxidantes, nutritivas, antiarrugas e hidratantes.

Las Isoflavonas de soja y la Cimicífuga racemosa, actúan estimulando la renovación celular, aumentan la concentración de colágeno y elastina protegiéndolo de su degradación y combaten el envejecimiento provocado por la disminución de la actividad hormonal gracias a su acción “estrogen-like”.

SINDROME ANSIOSO O DEPRESIVO LEVE:

Que las pacientes obesas manifiesten cierto grado de inestabilidad emocional es algo que constatamos en nuestras consultas todos los días. Por un lado la falta de aceptación estética con ellas mismas, sumada a las presiones socioculturales, y por qué no decirlo, la poca aceptación por parte de su entorno en muchos casos, conlleva a crear círculos viciosos de comportamiento que en la mayoría de los casos acaban agravando el propio problema del sobrepeso. Tanto la jovencita obesa, con sus peculiaridades, como la mujer obesa con las suyas, ante la falta muchas veces de cariño, y otras de comprensión, cuando no de ánimo, caen en la autocompensación de la comida fácil y muchas veces compulsiva, como desagravio de un hecho poco agradable, creando posteriormente un sentimiento de culpabilidad, que conlleva un hundimiento moral más importante, y la búsqueda posterior de otra compensación culinaria, con lo que cerramos el círculo anteriormente comentando, agravando el problema de la obesidad y creando un estado de ansiedad permanente o un proceso depresivo leve, que desde luego no es el más aconsejable para enfrentarse a un planteamiento dietético resolutivo.

Siempre que sospecho o evidencio un estado de estas características, acudo a una planta que me proporciona el equilibrio mental necesario para que mis pacientes consigan seguir con ánimos y efectividad el tratamiento que les he planteado, se trata del Hypéricum Perforatum. Tiene una gran tradición de uso en Medicina Tradicional por sus numerosas virtudes medicinales, y se sabe que ya en la antigua Grecia se utilizaba en el tratamiento de numerosos procesos, entre ellos, el insomnio, nerviosismo y depresión.

En la actualidad, gracias a los numerosos estudios clínicos que se han realizado, y que han corroborado sus cualidades terapéuticas, y sus mecanismos de acción, se viene utilizando con cada vez más asiduidad en el tratamiento de procesos depresivos, y ansiosos como alternativa a los antidepresivos convencionales gracias a su prácticamente carencia de efectos secundarios y a los excelentes resultados que comporta.

Los componentes activos más importantes de esta planta son las hipericinas y seudohipericinas, habiéndose demostrado en estudios sobre receptores in vitro y en ensayos enzimáticos que poseen afinidad con los receptores NMDA. Sin embargo, en los mismos ensayos se ha constatado que es el “Totum” de la planta, principalmente los flavonoides y cumarinas que contiene los que poseen una importante afinidad de receptores con la adenosína, GABAA, GABAB, benzodiacepina, inositol – trifosfato, y monoamino oxidasa (MAO) A y B.

En otros ensayos se ha demostrado la capacidad de inhibir la captación sináptica de serotonina, dopamina y norepinefrina, disminuyendo los receptores beta y aumentando los receptores 5-HT-2 en las neuronas corticales frontales. Por lo que podemos intuir que el mecanismo bioquímico de actuación del Hipérico es similar al de otros antidepresivos como por ejemplo los tricíclicos.

Utilizo un preparado a base de extracto de Hypérico denominado DISTONICUM, estandarizado al 0,45% de Hipericinas totales, y la dosis habitual oscila entre dos o tres cápsulas diarias, aconsejándolo tomar siempre a las mismas horas. Tiene, a parte de los buenos resultados que comporta, una serie de grandes ventajas con respecto a otros ansiolíticos o antidepresivos de uso habitual: No produce dependencia. Carece de efectos sobre el sistema nervioso simpático y parasimpático: no produce estreñimiento, ni sequedad de boca ni retención de orina. No causa disminución de la líbido. No interacciona con el alcohol ni con ningún alimento. No disminuye la capacidad de conducir o manejar maquinaria etc. etc. por lo que la paciente lo acepta perfectamente, ya que en seguida comprueba como mejora su estado de ánimo, y disminuyen sus momentos de tristeza y de hundimiento moral, duerme mejor y se encuentra más relajada y “dueña de sí misma”.

ARTROSIS

Ya hemos comentado que es muy frecuente la asociación de obesidad y artrosis, principalmente de las extremidades inferiores, rodilla, cadera, tobillos. De hecho, muy pocos obesos, que no tratan su problema de sobrepeso se salvan de padecer una enfermedad reumática degenerativa artrósica.

Está claro que la primera medida ante un enfermo de artrosis obeso es la reducción ponderal. Pero nos encontramos las más de las veces con que se han preocupado de su artrosis sin preocuparse de la reducción de peso, y lo frecuente es encontrarnos con pacientes obesos, que llevan mucho tiempo tomando antiinflamatorios por vía oral, con molestias digestivas importantes, que el problema no se les resuelve, que en muchos casos han tenido que recurrir a la toma de corticoides, con lo que se agudiza el problema digestivo y además les hacen ganar peso. Para colmo, suelen picotear entre horas muy a menudo bollería o productos ricos en grasas e hidratos para calmar las molestias del estómago, con lo que el aumento de peso puede ser desesperante.

¿Qué hacer en estos casos?. Lo más importante es plantear una dieta en la que el alimento esté distribuido en muchas y pequeñas tomas, fundamentalmente de fruta,(evitando las frutas ácidas: naranjas, pomelos etc.) esto va a permitir disminuir la hiperacidez gástrica y que al menos esas molestias cesen, y estamos instaurando una dieta muy depurativa. Lo segundo es intentar medidas terapéuticas no agresivas para permitir además de una pérdida de peso, la mejoría en la calidad de vida que el problema reumático les está negando. Estas medidas dependerán del momento con que nos encontremos de la enfermedad.

Si el paciente acude a nuestra consulta en un momento álgido de la patología artrósica, con gran componente de dolor, inflamación, edema, contractura muscular e impotencia funcional lo más importante es calmar estas molestias sin crear efectos secundarios indeseables. Yo acudo a un preparado fitoterápico que aúna estos efectos terapéuticos antirreumáticos, siendo un excelente antiinflamatorio, decontracturante, antiedematoso, analgésico, depurativo y remineralizante. Se denomina CONDRORAL, aporta gran cantidad de oligoelementos, aminoácidos, vitaminas y lo considero el antirreumático más completo y cómodo de tomar, además no presenta los efectos indeseables de los analgésicos y antiinflamatorios clásicos. Se presenta en viales bebibles y con uno o dos viales al día la mejora es evidente.

En casi todos los casos complemento la acción del fitocompuesto con un producto homeopático denominado CONDRODISTROFIN, formulado con dilucciones homeopáticas de Acido formícicum, Rhus Toxicodendrum, Bryonia, Arnica, Spírea Ulmaria, Cartílago Suis y Acónitum. Cubre el más amplio abanico de actuación antirreumática en homeopatía y no presenta ningún tipo de efecto colateral indeseable. Suelo aplicarlo una vez por semana vía mesoterapéutica y recomiendo la toma de una ampolla por vía oral, sublingual en ayunas dos días a la semana.

Si la patología se circunscribe a una articulación accesible (rodillas, codos, tobillos, espalda etc.) todavía me gusta completar el tratamiento con un antirreumático de uso tópico. También es un fitocompuesto y de máximo poder de penetración, utilizo el CONDROGEL, formulado a base de Harpagofito, Aloe Vera, Arnica, Caléndula, Cosuelda, Maya, Canela, Cayeput, Eucalipto, Clavo, Tepezcohuite, y Trementina que le proporciona una vasodilatación que permite aumentar la penetración de los principios activos. Produce un efecto analgésico inmediato de la articulación afectada y un duradero efecto antiinflamatorio, así como una gran relajación de la musculatura contracturada. Recomiendo su aplicación dos veces al día por el paciente con un suave masaje periarticular. Funciona muy bien los tratamientos oclusivos durante la noche. Se aplica una cierta cantidad de CONDROGEL en la articulación afectada y se cubre con un paño o venda no opresiva durante toda la noche.

Si por el contrario no estamos en un momento álgido de la patología artrósica, no debemos olvidar que la enfermedad inexorablemente avanza produciendo una degeneración del cartílago hialino intraarticular y una alteración del hueso que en un extremo puede llegar a hacer inservible la articulación. El sobrepeso es uno de los factores más importantes que afectan a la evolución de la artrosis, con lo que su reducción debe ser prioritaria, pero debemos y podemos actuar mitigando en lo posible el avance de la enfermedad aportando a la dieta los nutrientes que componen la sustancia fundamental y estructural del cartílago dañado (colágeno, Ac. Hialurónico, Proteoglicanos etc.) y por otro los minerales y oligoelementos imprescindibles para evitar la rarefacción y la pérdida de masa ósea. Es pues una función frenadora del avance degenerativo de la enfermedad, reforzando en lo posible las estructuras dañadas. Yo recomiendo CONDROVIT – Ca, contiene Sulfato de condroitina, Glucosamina. Citrato ferroso. Fluoruro sódico. Selenito sódico. Gluconato de manganeso. Cobre – oro – plata. DL – Fenilalanina. L – Tirosina. Vitaminas C, D, E, B-1, B-2, B-6 y B-12. Betacaroteno. Gluconato de cobalto. Acido cítrico. Estearato de magnesio. Es decir, como vemos, todos ellos materiales estructurales óseos y cartilaginosos junto con todos los cofactores de asimilación que hacen posible su total integración el las estructuras dañadas. Yo suelo recomendar la toma de dos cápsulas al día. Pero recalcando que tendrá que ser por mucho tiempo.

LIPOLITICOS HOMEOPATICOS:

Yo utilizo sistemáticamente la Homeopatía Lipolítica en todos los tratamientos de obesidad. Primero porque no presenta ningún efecto secundario indeseable ni tiene contraindicaciones, segundo porque en ningún caso presenta problemas ni de adicción ni de acostumbramiento, ni tampoco plantea problemas de efecto rebote. Así, me encuentro con un complemento que realmente cumple todos los requisitos de inocuidad por un lado y de efectividad por otro. La formulación que empleo se presenta en ampollas de 2 ml. Que también son inyectables con lo que me permiten su utilización por vía mesoterapéutica en obesidades localizadas o cuando interesa forzar la pérdida de una zona del organismo más que en otra para conseguir una proporción más estética. Se denomina METABOLITES, y su composición (Graphites, Levotyroxin, Fucus, ATP, AMPc, y Tiratricol en dilucciones homeopatizadas) me permiten actuar por un lado sobre la tendencia constitucional a la adiposis y por otro a nivel intraadipocitario inhibe las fosfodiesterasas que son unas enzimas que bloquean la lipólisis, por lo tanto favorecemos la transformación de los triglicéridos (grasas) en sus metabolitos (Acidos grasos y Glicerol), es decir la combustión grasa.

Suelo recomendar la toma de dos a tres ampollas a la semana, siempre en ayunas, y disueltas en un poco de agua, si es posible manteniéndolas durante unos instantes en la boca para favorecer su absorción sublingual.

Para mayor comodidad de mis pacientes, y con los mismos resultados que con METABOLITES, suelo utilizar como complemento de la dieta de efectos lipolíticos y drenantes un nuevo producto denominado TURMALIN, aúna la tradición de la farmacopea homeopática con los efectos terapéuticos de los oligoelementos. Su fundamento de acción es similar, como hemos dicho, al de METABOLITES, y sus efectos terapéuticos también. Presenta la novedad de su efecto drenante y la comodidad de su uso, ya que se presenta en forma de gotas, evitando lo que para algunos puede ser una molestia de tener que romper las ampollas etc. Su dosificación es muy fácil, 60 gotas, disueltas en un dedo de agua, en ayunas, nada más levantarse por las mañanas, todos los días.

DISLIPEMIA:

El aumento de los triglicéridos en sangre es una consecuencia inmediata de la obesidad. Y sabemos que es uno de los factores mas comunes encontrados en pacientes obesos que han sufrido una cardiopatía isquémica. La dieta de reducción de peso es innegable que constituye la mejor medida para reducir la cantidad de triglicéridos en sangre. La fibra dietética es el mejor arma de ayuda en estos pacientes obesos. Ya hemos comentado el efecto de arrastre que supone a nivel intestinal de las moléculas grasas.

En los casos de Hipercolesterolemia, debemos valorar realmente la distribución que existe de las distintas fracciones del colesterol. Si nos centramos exclusivamente en el terreno práctico, la finalidad de todo tratamiento de una alteración del colesterol es básicamente la de disminuir las cifras de colesterol total, a consta de que disminuyan las cifras del colesterol LDL que es el aterogénico, responsable del depósito de grasa en el endotelio arterial y el aumento de las cifras del HDL colesterol que evita precisamente que se depositen tales grasas.

La dieta es nuestra mejor aliada. Abundantes frutas y fibras en múltiples pequeñas tomas, reducción al máximo de grasas polisaturadas (mantequillas, Grasas animales etc.), aumento de la cantidad de grasas poliinsaturadas (aceite de oliva y pescado azul fundamentalmente). Para el aumento específico del colesterol – HDL, lo mejor es el ejercicio moderado y continuo, paseos, bicicleta etc. Y además, la Fitoterapia nos ofrece una gran ayuda con principios activos derivados de las plantas que sabemos tienen un efecto claramente hipocolesterolemiante y protector del endotelio arterial. Pino, Romero, Shii – Ta – Ke, Lecitina de Soja, Limón poseen estas propiedades. Yo recomiendo la toma de un producto basado en estos componentes, se llama BETACOLESTERON. Con la toma de una cucharadita pequeña disuelta en un poco de agua 30 minutos después de comida y cena ayudamos enormemente a normalizar las distintas cifras de colesterol.

MUJER OBESA GESTANTE:

Es muy importante dejar claro que el embarazo no debe considerarse un periodo en el que no se pueda seguir con un tratamiento de la obesidad de la madre. Los requerimientos energéticos del feto, de aproximadamente 200 Kcal. al día pueden perfectamente proceder de las reservas grasas de la madre, y con más razón si estas son excesivas. Además, está perfectamente demostrado que una reducción dietética en la madre obesa no altera en lo más mínimo el desarrollo normal del futuro bebé. Teniendo en cuenta que posiblemente estemos de esta forma previniendo una futura obesidad tanto de la madre como de su hijo.

Por supuesto no estamos hablando de plantear a la embarazada una dieta rigurosa o extrema, sino todo lo contrario, equilibrada, sana, con todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo de su estado y perfectamente suplementada con calcio, hierro, y proteínas de alta calidad biológica (carne, hígado, leche, queso etc.) lo que no quita para que no solamente no gane peso sino que de una forma prudente, incluso pierda alguno de esos kilos que le sobran.

Es normal encontrarnos con periodos en el embarazo caracterizados bien por un aumento del apetito, bien con una serie de “apetencias”, que en la mayoría de los casos simplemente traslucen un estado anímico especial. No es lo mismo solucionarlos con tomas de frutas que con galletas, chocolates o bollerías insanas. Aquí juega un papel fundamental el terapeuta para encauzar y dar alternativas válidas y dietéticamente correctas a la paciente para que pueda salir airosa de esos momentos “especiales” y conseguir los fines propuestos.

Por lo demás, insisto, no hay razones para un trato excesivamente especial, dieta sana y equilibrada, suplementos de calcio y hierro, abundantes proteínas y sobre todo paseos tranquilos y a diario, y no dejar que caiga en momentos psicológicos de debilidad que se traduzcan en comidas poco saludables.

MUJER OBESA LACTANTE:

En este periodo el planteamiento es algo distinto, las necesidades calóricas de la madre se ven en mayor grado aumentadas que durante el embarazo y no hay razones científicas que evidencien los beneficios de una reducción calórica durante el periodo de la lactancia.

Hay conceptos que debemos aclarar, durante la lactancia el organismo sufre unos ajustes que requieren un mayor aporte energético vinculado a la producción de leche, el dicho popular de “comer para dos”, que no tiene ningún viso de realidad durante el embarazo, durante la lactancia está perfectamente justificado. La dieta de la lactante debe estar perfectamente ajustada, equilibrada y suplementada en nutrientes, fundamentalmente calcio y proteínas de alta calidad biológica, además de vitaminas y otros minerales, glúcidos y lípidos como para suplir las necesidades metabólicas de un organismo que durante este periodo está literalmente volcado en el suministro de energía a las glándulas mamarias para la producción y secreción láctea.

Esto no quiere decir que durante la lactancia, obligatoriamente deben ganar peso de forma incontrolada, pero tampoco, que supediten sus aspiraciones estéticas a la salud y ganancias afectivas que la lactancia materna supone para los hijos. Creo que tiempo tenemos después de este periodo “delicado” de ajustar un poco más la dieta de la madre y con la ayuda de ejercicio físico conseguir la “figura” que pudiese haber estropeado durante este periodo. Es cuestión de prioridades.

Como se puede apreciar mi criterio durante el periodo de la lactancia no puede ser más conservador. Yo siempre espero a que termine y actúo después con todas las correcciones dietéticas y suplementos que sean necesarios, pero durante este tiempo mi actitud siempre es expectante.

EL NIÑO OBESO:

Permítanme unas matizaciones, antes de instaurar un tratamiento dietético severo de pérdida de peso en un niño hay que estar muy seguros del diagnóstico de obesidad o sobrepeso en este niño. Y los índices que puedan relacionar simplemente talla y peso en este caso no sirven. La definición de obesidad en este periodo debe basarse en medidas de los pliegues de la piel o cualquier otro método (impedancia) más científico y exacto, y realizado por especialistas en la materia. El niño crece muy rápidamente y no podemos vaticinar si los estándares de peso / talla se estabilizarán en poco tiempo cuando el niño, simplemente “pegue un estirón”, evitándole los posibles traumas psicológicos de un sometimiento a dieta innecesario.

No es bueno someter a los niños a restricciones dietéticas irracionales por el afán de solucionar una tendencia a la gordura. Nos cansamos de ver niños con sobrepesos refractarios al estrés al que los someten advertencias y temores paternos que no quieren que sus niños sean “gordos”. Los conflictos y sensaciones de culpabilidad de estos niños pueden llegar a alterar el desarrollo de su personalidad de tal manera que sean los verdaderamente responsables de su obesidad futura.

En una dieta de un niño no deben faltar los nutrientes básicos desde el punto de vista energético: cereales, verduras, legumbres, etc. Es muy conveniente reeducar sus gustos en el sentido que acepten carnes y pescados tanto blancos como azules por el contenido de proteínas de alto valor biológico como yodo. Suplementaremos la dieta con cantidades importantes de lácteos: leche, yogur, quesos frescos etc. ya que aportarán el calcio necesario para su normal crecimiento. Haremos que tomen abundante cantidad de frutas por su contenido en vitaminas, fibra y minerales, y las utilizaremos como comodines para poder tomar entre horas, aprovechando así su máxima capacidad de absorción y como “tentempié” entre comida y comida. No podemos privarles de patatas, pastas y pan, aunque intentaremos que moderen su consumo. Y fundamentalmente intentaremos que la dieta sea lo más variada, rica y gustosa para los niños.

Otra cosa distinta es que intentemos educar en cuanto a la calidad de la alimentación, e intentemos justificar la no toma de ciertos alimentos que por su alto contenido en grasas incitemos al niño a que los contemple como perjudiciales para su salud, más que como generadores de gordura. No es lógico la abundancia de bollería, fritos, salsas y refrescos azucarados etc. con los que se bombardea a los niños publicitariamente, y que sí pueden ser, si el niño se adicciona a ellos los responsables de su sobrepeso.

Resumiendo, educación en cuanto a los distintos sabores y calidades de los distintos alimentos, búsqueda de la aceptabilidad de todos ellos por parte del niño, dieta variada y divertida, completa y suficiente para su normal crecimiento, abundantes frutas entre horas como mitigadoras de su apetito, y restricción de alimentos “basura”, como aceptación por parte del niño de su peligrosidad para su salud, más que como prohibición y reproche por culpa de su sobrepeso.

EL ANCIANO OBESO:

En primer lugar debemos hacer diferencias con el problemas que nos podemos encontrar. Ancianidad no es lo mismo que decrepitud, hay cantidad de “viejos jóvenes” que pueden ser la envidia de vitalidad de muchos jóvenes que a pesar de sus pocos años, mentalmente son unos “viejos de solemnidad”. En estos jóvenes “mayores”, incluso el afán de conservar una estética puede hacerles candidatos a desear o necesitar alguna corrección dietética para quitarse “esos kilos de más”, bien pues perfecto y un BIEN por ellos.

En segundo lugar, indudablemente, debemos de valorar si la obesidad o el sobrepeso es el causante de sus patologías, o bien son sus patologías, que por estas fechas suelen ser mas abundantes las que aconsejan una pérdida de peso. La hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemias o los problemas neurológicos y mentales son mucho más frecuentes en la tercera edad que en la juventud, e invariablemente nos van a condicionar las pautas dietéticas que planteemos.

En el anciano, invariablemente se produce una pérdida del funcionamiento de todo su organismo, disminuyen las reservas grasas, proteicas y de minerales, afectando a una funcionalidad que se ve mermada cada vez más por estas carencias que además son progresivas.

Lo curioso es que encontrarnos con términos medios en la ancianidad es francamente cada vez más difícil. O vemos al típico anciano con las capacidades mentales muy afectadas, decrépito, con cantidad de patologías añadidas, o por el contrario, nos encontramos con el anciano pletórico de fuerzas físicas y mentales que por diversos condicionantes psicológicos realiza un abuso de su ingesta diaria y ha desarrollado una obesidad preocupante que aconseje seriamente la reducción ponderal como ayuda a sus patologías típicas de la edad, o como prevención para que éstas no se desarrollen.

Si el problema es éste último, debemos tener claro que la dieta del anciano difiere muy poco de la que hemos planteado para el general de la población. Debemos aportarle gran cantidad de material proteico de alta calidad biológica para que disponga de suficiente material plástico que pueda recomponer sus estructuras y sistemas. Abundantes vitaminas, minerales y oligoelementos en forma de frutas y hortalizas puesto que su sistema digestivo puede ser algo deficiente y no ser capaz de extraerlos completamente. Mucho calcio por su problema óseo en forma de leche, quesos frescos y yogures. Abundante fibra en forma de verduras de hoja y tallo que además ayudarán a solucionar el estreñimiento, que también suele ser un problema común. Acidos grasos poliinsaturados, fundamentalmente del aceite de oliva o pescados azules. Y por supuesto reduciremos su aporte calórico disminuyendo la cantidad de hidratos refinados, aportando menos cantidad de bollería, dulces, pan, féculas etc. etc.

Tendremos cuidado con la sal en las comidas. El anciano, debido a la disminución de la calidad sensorial tiende a gustar de comidas más fuertes y saladas, con lo que puede empeorar un problema tensional o bien ocasionarlo.

También intentaremos una rutina, es importante ya que el anciano necesita una disciplina que le aporte seguridad y sensación de protección. Quizás sea nuestra mejor aliada, el marcar pautas muy concretas y rutinarias, del mejor cumplimiento de las indicaciones dietéticas por su parte.

La Fitoterapia nos aporta una gran ayuda en estos casos. Básicamente nos sirven todos los consejos y productos que hemos comentado en cada una de las patologías con anterioridad. Pero no quiero dejar de nombrar un producto que yo recomiendo con mucha asiduidad a mis pacientes ancianos, les aporta gran cantidad de antioxidantes, antirradicales libres y nutrientes específicos para su sistema óseo y cerebral. Es el BORONAGRA que ya conocemos y les aconsejo la toma de dos cápsulas al día como suplemento de su dieta.

Como terapia básica y constante para luchar contra el deterioro de la senescencia (envejecimiento progresivo) yo a mis paciente siempre les recomiendo la toma diaria de MUSCLEBIG – ORAL. Es un producto que reúne todos los factores homeopáticos antienvejecimiento, reafirmante, potenciador muscular, desfatigante, antiasténico etc., es en realidad un remedio geriátrico de primera fila y sin ningún tipo de incompatibilidad, ni interacciones ni contraindicaciones. Normalmente recomiendo la toma de 60 gotas en ayunas en un dedo de agua.

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Bien, ya tenemos, mas o menos, configurada la problemática con la que habitualmente nos encontramos y las medidas terapéuticas con las que contamos para solucionarla de una forma efectiva, segura y sobre todo, sin efectos secundarios desagradables.
Bueno, pues si realmente somos obesos, necesitamos perder peso, o somos profesionales que tenemos delante un paciente con estas necesidades, y nos hemos o le hemos planteado una dieta, a su medida, a su gusto, bien distribuida, ya solo nos que afrontar o hacer que afronte el gran problema que plantean las dietas de pérdida de peso: seguirlas.

Así de claro y sin tapujos, la fuerza de voluntad es la mejor arma de un obeso, y si somos profesionales, tenemos que concienciarnos, y lo digo por experiencia, que nuestra paciencia no debe conocer límites a la hora de comprender las angustias que puede llegar a sufrir una persona obesa en su batalla contra la gordura. Apoyo psicológico sin límites, plantear siempre alternativas a comidas, platos, formas de cocinar, acompañamientos, guarniciones etc. etc. son recursos que debemos dominar para intentar hacerle la vida un poco más agradable. Maximizar los logros, minimizar los pequeños fracasos y las recaídas, los pecaditos dietéticos que sean excepciones que confirmen la regla. Y sobre todo plantearle que hay algo más importante que la pérdida de peso, y es el no recuperarlo.

DIETA DE MANTENIMIENTO:

Si ya hemos conseguido el peso deseado, o queremos hacer un paréntesis en la pérdida para después de un tiempo volver a reiniciarla, es fundamental plantear una estrategia que sirva para no echar por tierra los logros conseguidos.

Una táctica que yo suelo emplear es dividir la semana en dos partes, durante unos días hago que mantengan la dieta de perdida de peso y compenso con otros alimentos durante los días restantes. Según como vamos viendo la evolución añado días de dieta si ganan algo de peso y quito si lo pierden, esto hace que no se acumulen excesivos kilos. Siempre es más fácil hacer perder un kilo recién ganado que dejar que se acumules varios y en forma de grasa.

Por ejemplo, una dieta clásica de mantenimiento, al principio, o recién perdidos los kilos que necesitábamos podría ser:

De Lunes a Viernes (cinco días seguidos)

Dieta hipocalórica que estamos llevando
Insistiendo en que se respete el número de tomas
Fruta siempre entre horas
Tomando la fibra de ayuda exactamente igual y el resto de medicación para la pérdida de peso.
Bebiendo mucho agua etc. etc.

Fin de semana (dos días seguidos)

Añadiremos a la dieta:

Legumbres, Pasta, Arroz, Guisantes, Patatas etc. como alimentos básicos para que la dieta globalmente sea completa.

No tomaremos medicación de ayuda en dieta.

Las frutas seguiremos tomándolas entre horas

Muy importante, durante estos dos días permitiremos o nos permitiremos cualquier capricho dietético, sin importarnos el tipo de alimento o bebida. La idea, insisto, es dejar bien claro que estos días no estamos a dieta, son fiesta, y debemos disfrutarla como nos apetezca. El Lunes comenzaremos de nuevo nuestra dieta para compensar lo que podamos haber ganado durante el fin de semana.

Si controlándonos cada quince días o más, vemos que ganamos algún peso, disminuimos algún día de “fiesta” y si hemos perdido, los aumentamos.

Es una forma muy simple de concienciarnos que durante unos días no podemos concedernos ningún capricho, y el fin de semana nos los damos todos.

MEDICAMENTOS PELIGROSOS

Lamentablemente no existe una pastilla “milagrosa” que nos haga perder peso y además nos permita comer lo que nos apetezca. Hoy por hoy es una utopía, aunque posiblemente en un futuro no muy lejano consigamos tal panacea.

Este capítulo va dedicado fundamentalmente a prevenir por un lado de la peligrosidad de la gran cantidad de “píldoras mágicas” que actualmente se están recetando sin ningún tipo de consideración y con total impunidad por “profesionales” que desgraciadamente embaucan a una población ávida de conseguir el físico ideal a consta del mínimo esfuerzo, aún sabiendo, y muchas veces poniéndose una venda en los ojos, que literalmente se están jugando su salud y que tarde o temprano, siempre pagarán con creces su atrevimiento o su ignorancia.

En principio apuntar que la gran mayoría de los productos anorexígenos que vamos someramente a describir están literalmente prohibidos por la Ley para su uso como tratamiento en la pérdida de peso, y la mayoría de ellos están retirados de la farmacopea, pero lamentablemente existe una red oscura de proveedores que no sabemos como se las ingenian pero abastecen a gran parte de población médica, o no, de estos “venenos”.

Desde este pequeño rincón me atrevo a decir que desconfíe todo el mundo de pastillas que no tengan todos los requisitos fitosanitarios, de formulaciones extrañas o no compulsadas por oficinas de Farmacia, de cápsulas que se envían por correo o se recomiendan por adelgazar comiendo todo lo que se quiera o de productos que se vendan por “profesionales” de la salud directamente. La obligación del médico es prescribir con su receta debidamente legalizada, no de “vender” medicamentos. En fin, como vemos donde está la Ley, está la trampa, por esto pienso que el mejor aliado de la razón es el conocimiento. Apelo al uso de la razón para no caer en engaños y formulas maravillosas, que siempre son traicioneras.

ANOREXIGENOS:

Anfetamina, Fentermina, Fenmetracina, Dietilpropiona, Macindol, etc.

Son estimulantes del Sistema Nervioso Central, que tienen un efecto supresor del apetito aunque siempre es pasajero. Produce adicción semejante al de los opiáceos. La dependencia del fármaco se desarrolla gradualmente, necesitando al cabo de poco tiempo grandes dosis para conseguir los efectos anorexígenos deseados. Producen un estado de ansiedad continuado y son capaces de producir un cuadro psicótico muy parecido al de la esquizofrenia paranoide. Y tan grave como lo anteriormente citado es que cuando se suprimen pueden producir una depresión muy grave, incluso con tendencia al suicidio.
La Fenmetracina puede producir psicosis tóxica y lesión cerebral permanente, y además es teratogénica.
Todos producen efectos colaterales de hiperexcitabilidad, hipersudoración, nerviosismo, palpitaciones, sequedad de boca e insomnio.
Nunca deben usarse para el tratamiento de la obesidad.

AGONISTAS DE LA SEROTONINA:

Fenfluramina, Dexfenfluramina.

Producen un estímulo de la actividad termogénica y supresión del apetito. Están retirados del mercado farmacéutico, pero se siguen, desgraciadamente utilizando de forma incontrolada.

Producen depresión, vértigo, letargia e incluso sensación de irrealidad. Alteran los electroencefalogramas durante el sueño, con aumento de la agitación y de las pesadillas. Al suprimir el fármaco produce muy frecuentemente depresión. A nivel digestivo, aparecen sequedad de boca, gusto metálico y gran sensación de sed. En algunos casos se han referido náuseas, vómitos, dolores abdominales, y más frecuentemente diarreas. La sobredosis puede poner en peligro la vida, produciéndose agitación, vómitos, dolor abdominal agudo, hiperventilación, taquicardia etc. terminando en ocasiones en coma.

En la actualidad el personal sanitario informado y buen profesional no utiliza estos fármacos para el tratamiento de la obesidad.

HORMONAS TIROIDEAS:

El uso de hormonas tiroideas para la reducción de peso se trata de otra "blasfemia" médica, que desgraciadamente estamos ya acostumbrados a contemplar. Es tremendamente fácil ofrecer a los pacientes deseosos de una pérdida de peso rápida, la panacea de "tomese esta pastilla y coma lo que quiera, verá como a pesar de todo pierde el peso que desea".

Con el uso de estas hormonas, se consigue un aumento del metabolismo basal del paciente, con lo que aunque reduzca muy poco la ingesta de alimentos, al estar aumentado artificialmente el consumo calórico, la pérdida de peso es importante.

El gran problema surge cuando dejamos de administrar estas pastillas. El tiroides, como casi todas las glándulas de nuestro organismo, funciona por mecanismos de retroalimentación. Es decir, si detecta poca cantidad de la sustancia de su responsabilidad en sangre, en este caso hormona tiroidea, aumenta la secreción hasta conseguir valores en sangre normales. Pero, si los valores en sangre están por encima de lo normal, como es el caso que nos afecta, ya que la suministramos artificialmente, literalmente deja de fabricarla.

¿Que ocurre?, Pues algo muy sencillo, cuando dejamos de administrar estas sustancias artificiales, resulta que nuestro tiroides no reacciona a los niveles escasos de hormona en sangre, y no la produce, con lo que el metabolismo basal disminuye brutalmente, produciéndose un hipotiroidismo subclínico por pseudoatrofia tiroidea. La traducción clínica es que los pacientes al dejar de tomar las hormonas se engordan mucho más de lo que habían perdido y a una rapidez asombrosa, siendo mucho más difícil hacerles perder peso con posterioridad.

Esto como efectos por así decir "normales" de las hormonas tiroideas, ya que sus efectos secundarios más frecuentes son palpitaciones, taquicardias, nerviosismo, hipersudoración, cansancio y diarreas. Sin contar con la peligrosidad que suponen pra enfermos con problemas cardiovasculares en los que puede ocasionar angina de pecho e hipertensión arterial. Sin contar con el riesgo extremo de producir una cardiomiopatía tirotóxica que puede ser mortal.

Y todos estos riesgos por unas pastillas "milagrosas" que además está demostrado que la mayor perdida de peso que producen no es a costa de la grasa consumida sino de la masa muscular, con gran incremento de las pérdidas de nitrógeno que persiste durante más de un mes después del cese de su toma.

Desde luego, debemos tener claro que el uso de hormonas tiroideas solo están justificado cuando diagnostiquemos y caractericemos perfectamente un hipotiroidismo clínico. En cualquier otro caso debemos considerar su uso como un atentado consciente o no a la salud del paciente.

DIURETICOS:

Otro tipo de fármacos que se utilizan ampliamente, e inútilmente, en el tratamiento de la obesidad, sobre todo formando parte de formulas mágicas, fraudulentas y peligrosas.

Los diuréticos producen una rápida eliminación de agua, y de sales, por orina, por lo que se consigue una rápida pérdida de peso, el del agua que se elimina, pero evidentemente, la cantidad de grasa del organismo no se altera lo más mínimo.

Su uso sin justificación clínica es totalmente inútil y peligroso, ya que puede acarrear problemas de desajustes en los electrolitos de organismo, sobre todo del sodio y potasio, llegando a producir hipotensiones severas, taquiarritmias, contracturas musculares intensas y dolorosas, y astenia importante. Pero además es que no tiene ninguna traducción en una pérdida real de la masa grasa del organismo, y el peso perdido momentáneamente se recupera de inmediato cuando reponemos las necesidades hídricas normales.

LAXANTES:

Salvo en las personas con estreñimiento, y bajo riguroso control médico, es absurdo administrar laxantes de una forma indiscriminada con la intención de una pérdida de peso. Primero porque no alteran significativamente la absorción de nutrientes, y la perdida calórica es mínima. Pero sí que producen una lesión intestinas grave que conlleva el bloqueo del intestino al tránsito fecal por acostumbramiento. Así, la utilización de laxantes debe ser algo escrupulosamente controlado por profesionales de la salud, ya que conociendo el problema del estreñimiento, lo importante es prevenirlo y utilizar las armas que disponemos para solucionarlo, no para de rebote producirlo.


Es realmente desalentador ver como se comercia con la salud, y las ilusiones de las personas, ofreciendo falsas promesas de objetivos que nunca se cumplen.

La mayoría de las cápsulas mágicas contienen en proporciones variables cantidades de los fármacos que acabamos de mencionar: Una anfetamina de efectos anorexígenos, una benzodiacepina, que contrarresta el efecto estimulante de las anfetaminas, una hormona tiroidea, un diurético y un laxante mas o menos potentes. Son auténticos cócteles bomba metabólicos que gracias a que consiguen una, momentánea, perdida de peso, "enganchan" a los pacientes y proporcionan grandes beneficios económicos a quienes se los proporcionan, sin caer en la cuenta de los perjuicios tan importantes que traen como consecuencia a los incautos que siguen el tratamiento.

DIETAS RARAS

Ya hemos comentado un prototipo de dieta que podemos utilizar para perder algunos kilos sin problemas, es lo que denominamos una "dieta equilibrada", es decir que nos aporta todos materiales necesarios para un correcto funcionamiento de nuestro organismo. Contiene suficientes proteínas, y la cantidad de glúcidos y grasas para no producir balances de nitrógeno negativos, o lo que es lo mismo, que no disminuya nuestra masa muscular, sino exclusivamente la masa grasa. Además es rica en vitaminas, minerales, oligoelementos y fibra, con lo que un déficit de alguno de los nutrientes es realmente difícil que se produzca.

El gran problema a la hora de poner ejemplos que nos puedan sorprender mínimamente de dietas equilibradas hipocalóricas es que para que puedan cumplir estos requisitos, desgraciadamente todas son muy parecidas y sus diferencias estriban más en los condicionantes socioculturales, geográficos y gastronómicos que en otros matices que las puedan hacer más o menos efectivas. Recuerdo que la gran dificultad de una dieta hipocalórica y equilibrada como hemos propuesto en capítulo anterior es la constancia y por supuesto la imaginación.

DIETAS NO EQUILIBRADAS:

Una dieta de este tipo, que se hizo famosa, más por el sitio de donde procedía y de su nombre que porque aportara soluciones más efectivas es la Dieta de Beverly Hills, que aprovechó un entorno cultural de culto al cuerpo para plantear una dieta rica en hidratos complejos (almidones) y muy pobre en grasas, aunque poco hipocalórica. La perdida de peso se justificaba más por el ejercicio que debía acompañar la dieta que por la dieta misma.

EL AYUNO:

Fue un planteamiento terapéutico contra las grandes obesidades hasta los años 70. Actualmente todavía se preconiza en ambientes un tanto pseudofilosóficos en los que se mezclan supuestas ventajas terapéuticas con purificaciones orgánicas y espirituales, que sin ánimo de poner en duda, si que echo de menos una justificación científica que las avale.

El fundamento es muy simple: 0 aporte de calorías, aunque los más sensatos permiten unos mínimos aportes de vitaminas, minerales y oligoelementos en forma de zumos de frutas. Pero sin aportar ningún nutrientes como hidratos, proteínas y lípidos.

Con el ayuno los niveles de glucógeno se agotan rápidamente, y el mantenimiento de los niveles de glucosa para el funcionamiento cerebral se realiza a partir del consumo de proteína propia, con lo que el debilitamiento muscular es una de las características importantes del que practica el ayuno, y recordemos que el corazón es un músculo.

Durante la evolución del ayuno, el organismo debe realizar enormes ajustes metabólicos para afrontar una situación de carencia total de elementos nutrientes. Primero agota las reservas de aminoácidos no esenciales, conservando los esenciales durante un tiempo, pero si continuamos con el ayuno sin aportar proteínas, recurre también a los esenciales, con lo que la pérdida proteica es global. El organismo se intenta adaptar disminuyendo a extremos mínimos su tasa metabólica, dejando de lado funciones que no estén estrechamente ligadas a la pura supervivencia, como puedan ser el mantenimiento de masa muscular, el aparato reproductor, la actividad física propia, intelectual e inmunológica que disminuyen a puntos realmente mínimos de actividad.

Si el ayuno persiste se puede llegar a que las pérdidas proteicas continuadas alcancen un punto de no retorno aunque intentemos administrar rápidamente proteínas en la dieta. A partir de este momento, los desajustes metabólicos son tan graves que el organismo no es capaz de asimilar las proteínas que le administremos, y entra en un proceso de debilitación progresiva, coma y muerte.

En la actualidad las técnicas de ayuno, si se realizan deben estar perfectamente dirigidas por profesionales de la salud que controlen perfectamente el balance de nitrógeno y las constantes vitales y analíticas. Sobre todo la actividad cardiaca, ya que se han visto problemas serios muy poco antes de empezar con los ajustes metabólicos provocados por el ayuno.

De todas formas, ningún terapeuta serio recomienda el ayuno prolongado como medio de perder peso a un obeso, ya que todos somos conscientes que las pérdidas importantes de peso que se observan al principio del ayuno no se deben a la masa grasa, sino que son pérdidas de agua ligada al glucógeno y de proteínas.

DIETAS LIQUIDAS:

Todos las conocemos, su uso se ha generalizado y se ofrecen en todas las farmacias. Se trata de los típicos sobres de polvos para preparar un batido que se supone de sabor ¿agradable? Y que supuestamente contiene todos los nutrientes necesarios para la normal supervivencia pero con un mínimo aporte calórico.

Al principio, las dietas de este tipo llamadas de primera generación presentaron multitud de problemas ya que se descuidó la calidad de las proteínas que aportaba, ocasionando fuertes desequilibrios nitrogenados que llegaron a producir un importante número de daños cardiomusculares y muertes por fallo muscular cardiaco.

En general tienen un gran carácter cetogénico, ya que aportan muy poca cantidad de glucosa, produciéndose un alto contenido de acidosis que fuerza la pérdida de minerales por orina, principalmente de calcio y potasio, lo que altera aún más el funcionamiento del músculo cardiaco.

Este problema se ha solucionado en la actualidad aportando a estas dietas proteínas de alto poder biológico, generalmente provenientes de la leche, y un mayor contenido de hidratos, con lo que sin perder su filosofía, las hacen menos agresivas al organismo, pero pierden gran parte de su efectividad, sin perder su característica principal de aburridas.

El problema general que plantean es su carencia de fibra, lo que conlleva inevitablemente a un estreñimiento pertinaz, que debemos solucionar con grandes aportes suplementarios de fibra, con lo que se hacen mucho más engorrosas de llevar, ya que además de lo poco apetecibles, también se supeditan a la toma de pastillas o cápsulas de componentes fibrosos.

Por lo demás actualmente no constituyen ningún problema si se suplementan como hemos comentado, pero principalmente porque muy pocas personas están dispuestas a soportar una dieta tan aburrida y monótona durante largo tiempo.

DIETAS HIDRICAS:

Son muy populares a la vez que peligrosas si se mantienen durante cierto tiempo. Todos lo años se pone alguna de moda planteándola como la última revelación dietética para la pérdida de peso de forma rápida, y reitero, solo rápida, pues sí es verdad que se pierde peso rápidamente, pero a consta de agua, glucógeno y proteínas propias.

Se fundamentan en la ingestión de únicamente, y generalmente sin restricción de cantidad, de cocimientos de verduras o bien de zumos de determinada fruta o siropes de determinada planta con propiedades exclusivas y supuestamente depurativas cuando no milagrosas para el organismo.

Se consigue ingerir grandes cantidades de agua, hasta tres o cuatro litros al día, con gran aporte de vitaminas, minerales y oligoelementos, pero con cantidades mínimas de glúcidos y prácticamente nada de proteínas.

Su bajo contenido calórico hace perder peso momentáneamente con gran rapidez, pero exclusivamente a costa de agua, son muy diuréticas, y de proteína propia. El déficit proteico que comporta plantea serios riesgos, ya que al no aportar tampoco cantidades suficientes de hidratos fuerza a la utilización de las proteínas propias para mantener los niveles adecuados de glucosa en sangre. Pensemos que el déficit proteico proviene de dos mecanismos distintos, primero el nulo aporte de la dieta de proteínas globales, y por otro la carencia de aminoácidos esenciales, que altera aún más si cabe el recambio de las propias proteínas.

Desde luego no son el mejor método para conseguir una pérdida de peso correcto, y por su peligrosidad a medio y largo plazo, no deben justificarse como método terapéutico en el tratamiento de una obesidad.

DIETAS DISOCIADAS:

Se fundamenta en la continua ruptura de las líneas metabólicas del organismo de forma que aunque no limitemos la ingesta global de nutrientes, no se puedan aprovechar la mayor parte de su contenido y por lo tanto crear un balance energético negativo.

Esto se consigue separando las tomas de los distintos nutrientes por días de tomas exclusivas: Lunes, huevos; Martes, verduras; Miércoles, carnes; Jueves, frutas etc. Esta disociación de glúcidos por un lado y proteínas por otro hace que buena parte de las proteínas consumidas se utilicen no como material plástico, su principal función, sino como material energético y para transformarse en glucosa y mantener sus niveles estables en sangre.

Globalmente analizadas no representan carencias de ningún nutriente, y además con el tiempo pasan a ser realmente dietas hipocalóricas, ya que muy poca gente es capaz de mantenerse un día entero y de forma repetitiva exclusivamente a huevos por ejemplo.

Estas dietas pasan de un día en que se toma solo carnes a ser dietas cetogénicas a días fuertemente hipocalóricas sin aporte de proteínas a días en que el aporte es fundamentalmente a base de grasas y proteínas, siendo entonces carentes de fibra, de hidratos y fuertemente colesterolémicas. Entre otras cosas, el atentado intestinal que producen es tremendo, ya que pasa de una fuerte sobredosificación de lípidos a una carencia total de éstos, de un aporte grande de fibra a solamente mínimos residuos proteicos con lo que las consecuencias son inevitables, terminan con periodos de diarreas a periodos de fuerte estreñimiento y al final una alteración intestinal difícilmente solucionable.

Repito, no son una alternativa dietética válida para el tratamiento de la obesidad, y en la actualidad no se utilizan, al menos de una forma seria y consecuente con la salud de los pacientes.

DIETAS PROTEINICAS:

Consisten en basar la dieta diaria exclusivamente en el consumo de proteínas y grasas, no tomando absolutamente ningún hidrato.

Debido a los importantes e iniciales descensos de peso, que como veremos no son a consta de la grasa, y a la gran publicidad y campañas de marketing realizadas ensalzando el “cientifismo” de sus supuestos descubridores, se hicieron tremendamente populares y famosas. Sin embargo, debemos decir, que a la larga, la pérdida de peso obtenida en comparación con dietas equilibradas, menos rigurosas, y más seguras, es el mismo, y además tienen múltiples y graves efectos secundarios.

Son dietas cetogénicas, utilizan las proteínas y grasas de la dieta y propias para mantener los niveles de glucosa en sangre. Al movilizarse gran cantidad de grasas, se producen un exceso de cuerpos cetónicos que son eliminados por saliva, sudor y orina.

Este aumento desproporcionado de cuerpos cetónicos confiere un estado de acidosis (exceso de ácidos), que invariablemente el organismo intenta neutralizar acudiendo a los iones propios, principalmente sodio al principio, y seguidamente por los iones amonio que obtiene de la destrucción de las proteínas propias en un intento final de neutralización, con lo que la pérdida de masa proteica propia es manifiesta y peligrosa.

Los niveles altos de cuerpos cetónicos en sangre producen unos efectos colaterales muy indeseables y molestos: irritabilidad, mal sabor de boca, fetidez de aliento, sudor y orina que hacen de la dieta una auténtica incomodidad. Pero con el grave peligro de que si se disparan sus niveles se puede llegar al delirio, coma y muerte por intoxicación.

Otro efecto negativo muy importante es que una dieta proteínica es en la mayoría de los casos una dieta hiperlipídica, y es muy raro que el que la sigue durante algún tiempo no termine con unos niveles de colesterol muy elevados y un trastorno lipídico que haga peligrar todavía más su salud, si cabe.

El resultado invariable es que al final la pérdida de proteína propia es la norma, con los peligros, ya comentados que esto acarrea. Pero es que en estudios comparativos entre dietas sanas y equilibradas y pacientes sometidos a una dieta cetogénica, se ha demostrado, que aunque la pérdida de peso final haya sido la misma, los que habían seguido la dieta cetogénica habían sufrido una pérdida de proteínas, agua, y minerales preocupante para su salud, problema que no surgió en los que llevaron una dieta equilibrada.

Por nombrarlas de alguna manera y para que sean más fácil identificarlas, diremos que las dietas preconizadas por Atkins, Scarsdale y Montignac son dietas cetogénicas, hipergrasas, peligrosas y me atrevo a decir que fraudulentas y acientíficas, ya que han conseguido por un lado agredir la salud y por otro el dinero de los engañados ingenuos que se han dejado llevar por todo un despliegue de publicidad y de razonamientos paracientíficos, en todo momento falsos y contestables, en post de unos fines utópicos y fáciles, que lo único que han conseguido es malograr su salud y enriquecer descaradamente a sus protagonistas.

Hoy en día nadie se plantea de una forma seria una dieta cetogénica como método terapéutico en el tratamiento de una obesidad. Por un lado porque los resultados adelgazantes son comparables a cualquier dieta equilibrada y por otro porque los riesgos para la salud de los pacientes, está demostrado que son muchos y peligrosos.

DIETAS MAGICAS Y RIDICULAS:

La denominación de mágicas viene porque realmente no existe ningún nutriólogo o dietista medianamente serio detrás de ellas que las preconicen, y siempre están rodeadas de un halo de misticismo y de subyugación por lo irracional y misterioso que las sustentan. Lo de ridículas por algo tan evidente que no necesita ninguna explicación cuando nos detenemos a estudiarlas. Ninguna tiene ninguna base científica ni lógica ni racional, por lo tanto el único apelativo que se me ocurre es el dicho: ridículas.

Todos los años aparece alguna de ellas en los medios de comunicación, y generalmente avaladas por algún “famosillo” que utiliza su influencia en las revistas del corazón para lanzar su “libro de dieta definitiva y revolucionaria” para conseguir unos beneficios extras de su momento de publicidad. Cuando no es un charlatán, santero, curador o milagrero que parece que ha descubierto la panacea final para un problema que agobia a gran cantidad de personas que deseosas de alcanzar el reconocimiento social y popularidad que su sobrepeso les está, supuestamente negando, abrazan sus postulados con una devoción y fervor injustificado. Pero claro, lo fácil, rápido, paranormal y misterioso es mucho más atractivo que lo racional, sacrificado, lógico y coherente.

No me digan que no es lamentable, que en una sociedad en la que para casi todo intentamos ser cada día más justos, racionales y lógicos, se haga más caso de lo que preconizan mentes paracientíficas por el sólo hecho de aparecer en los medios de comunicación que lo que puedan preconizar expertos en la materia con un bagaje cultural y un reconocimiento científico de toda la vida. Pero claro, lo misterioso y enigmático vende, y lo racional, no.

Son muchas las “dietas” de este tipo que podemos enumerar: la dieta del limón, la dieta del pomelo, La dieta de la comida única, La dieta de comer antes de las ocho, La dieta del melocotón etc. etc.

Las dietas del pomelo, y del limón son muy curiosas, preconizan que como son ácidos, disuelven la grasa, entonces comamos muchos limones y pomelos e incluso notaremos como se disuelve la grasa nada más que los ingerimos, hasta en la propia boca lo podemos notar. Además, ¿no huelen a limón los detergentes que usamos para disolver la grasa?. Sin comentarios.

La dieta de comer antes de las ocho de la mañana se basa en que según no sé que teorías, las calorías que ingerimos de madrugada antes de esa hora no cuentan y no engordan. Las que comemos después sí. Pues muy bien, por qué no se lo contamos al bebé que pide su comida de madrugada y le argumentamos que para qué darle de comer si no va a aprovechar lo que toma. O por la misma razón, no tendríamos basureros ni encargados de la limpieza o vigilantes nocturnos, se habrían muerto todos de inanición. En fin ya vemos como funciona y desde luego es curioso y no me digan que no es un poco triste.

Yo creo que no merecen más comentarios. Estaríamos llenando hojas y hojas de este libro con los absurdos de la mente humana y no pararíamos. Es innegable el poder de los medios de comunicación, es innegable que existen muchas mentes embaucadoras, es innegable que existe un terreno abonado para que surjan todas estas ideas raras, paracientíficas, y especuladoras de la salud. Pero también es cierto que existe la razón y la inteligencia, y al final siempre es la que triunfa. Todos los decepcionados, al final, terminan por acudir al profesional con experiencia a que le resuelva sus problemas. Lo lamentable es que en muchos casos llegan con un daño hecho por estos charlatanes que nos resulta muy difícil de solucionar.

Mi gran afán sería simplemente que estas páginas de buenas intenciones sirvieran, al menos, para crear una duda razonable cuando nos encontremos ante un planteamiento definitivo, novedoso, tentador etc. sin que veamos un sustento racional y científico que lo ampare.